viernes. 22.11.2024
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"Con una visita esporádica de las personas que toman decisiones no pueden contemplar la realidad ni conocer los problemas que se puedan ocasionar"

"Si se trasladaran ciertas competencias al Cabildo, por ejemplo, lógicamente los cabildos podrían dotar de recursos y partidas que pudieran usarse para ayuda humanitaria"

El padre Ángel Hernández de Misión Cristiana Moderna ha contado en una entrevista en 'La Mañana' de COPE Fuerteventura que la orden religiosa ha dejado de ser un recurso de acogida para el Ministerio de Interior, ya que han rechazado renovar la subvención de ayuda humanitaria, tras el traslado de los migrantes al hotel Costa Caleta en la isla de Fuerteventura. El Padre Ángel señala que esto no significa que hayan dejado de ayudar y acoger a esas personas que se quedan fuera del servicio de acogida. Por otro lado, ha señalado la mala coordinación que existe entre el Gobierno de España y las administraciones locales, que han provocado una mala gestión de la crisis migratoria. Asimismo, el Padre Ángel ha lamentado que la imagen del recurso de emergencia de la Nave del Queso se haya desvirtuado de esta manera cuando en un inicio "todos estaban encantados" según recalca.

Misión Cristiana Moderna ya no se está haciendo cargo de los migrantes derivados por parte del Ministerio como recurso de emergencia, ¿a qué se debe?

El 31 de mayo terminamos la última subvención de ayuda humanitaria para tender principalmente la alimentación, que era nuestra primera necesidad y ahora el ministerio nos informó que quería derivarlos a los hoteles y ahí nosotros no queríamos participar por lo que no se renovó la subvención siguiente. No hemos dejado la acogida humanitaria, lo que ha pasado es que no hemos recibido la subvención nueva. Seguimos acogiendo migrantes en la Misión y ahora tenemos un grupo importante que se ha quedado fuera de la acogida humanitaria del Ministerio, como los que estaban en la plaza de la Paz. Volvemos a lo mismo de antes, hace tres años atrás, estuvimos trabajando durante dos años con las pateras sin ayuda del ministerio y menos de un año con ayuda del Ministerio en el ámbito alimenticio, en el que nos derivaban personas de manera oficial. En ese momento, igual que ahora, las personas que vienen a nosotros son aquellas en riesgo de exclusión social. Nosotros seguimos con nuestro trabajo, pero sin subvención del ministerio.

¿Cómo hacen ahora para poder soportar a las personas en riesgo de exclusión social y que requieren la ayuda de Misión Cristiana Moderna?

 La Misión tiene convenio de colaboración con el Cabildo y recursos propios. Gracias a estos convenios, que tienen que ver con los programas sociales que nosotros tenemos, como los comedores, albergues y casas de acogida, recibimos unas cuantías, del Cabildo por ejemplo son 50.000 euros al año que apoyan parte del trabajo. Por parte del ayuntamiento también recibimos una ayuda pequeña, entre 6.000 o 7.000 euros que utilizamos sobre todo para cubrir la alimentación. Tirando del tema del banco de alimentos y de la ayuda alimenticia de Europa vamos escapando, para dar de comer, al menos, hay, para los comedores de la misión. Luego también tenemos esas comprar alimenticias mensuales, pero todo el tema social se ha disparado. Nosotros no hemos dejado de trabajar nunca en el tema social para la isla, la migración solo fue algo que se sumó, por eso no quisimos que fuera una carga que pudiera restar el trabajo que ya estábamos realizando aquí, por eso necesitábamos esa parte de ayudas del ministerio, para que funcionara con cierta autonomía en el gasto. Ha sido una carga enorme para nosotros, buscando ayudas por aquí y por allá y que nos ha supuesto una gran suma d dinero. Ahora seguimos realizando nuestras labores habituales con personas en riesgo de exclusión en la isla y ahora con menos regularidad con migración.

¿Cuánto tiempo fue Misión Cristiana Moderna un recurso subvencionado por el cabildo?

Menos de un año. Desde octubre de 2020 hasta mayo de 2021. Ocho meses hemos estado con el Ministerio, y dos años antes apechugando solo nosotros.

Hasta ahora que se han derivado a zonas hoteleras…

Nosotros no queremos hacernos cargo de los hoteles, porque somos una entidad social que abarca un campo de trabajo muy grande y no podemos decirle a una persona que reside en Fuerteventura con una necesidad alojativa y de ayuda que tiene que ir a un recurso social compartido, como es el albergue, y a uno que llega en patera mandarlo a un hotel. Creo que existe un agravio comparativo que no debía haberlo. Tiene que haber la misma ayuda, tanto para los de aquí como para los que vienen. Estamos dispuestos a colaborar tanto para ambos.

¿Es necesario crear más recursos alojativos?

 Claro, yo soy considero que el Ministerio debería colaborar más intensamente con las corporaciones municipales como el Cabildo y los ayuntamientos, y que haya un trabajo en el que participaran en las decisiones que se toman las autoridades locales que son quienes conocen la situación de la isla. Como esto no se está dando, el Ministerio viene a tropezar con el gobierno local. Las decisiones las toma todas el Ministerio desde Madrid y esto es lo que nos toca. Si se trasladaran ciertas competencias al Cabildo, por ejemplo, lógicamente los cabildos podrían dotar de recursos y partidas que pudieran usarse para ayuda humanitaria, esto ahora no se puede hacer, por lo que el Ministerio solo da los recursos que puede tener a su disposición, que suelen pertenecer al Ministerio de Defensa, y este es el gran problema en el que estamos metidos. Yo entiendo que son cuestiones europeas y nacionales, pero que al final lo que llega a nuestras costas son personas, que conviven en nuestras calles, por lo que yo soy partidario de que haya una participación de la ciudadanía en los temas migratorios.

¿Ha sido consciente el ministerio de el gran número de personas que ha habido en la isla establecidos en pocos recursos alojativos?

Yo creo que con una visita esporádica de las personas que toman decisiones no pueden contemplar la realidad ni conocer los problemas que se puedan ocasionar. Por eso insisto en lo mismo, las autoridades locales tienen que tener decisión, sino nos veremos abocados a lo mismo: la migración causando una serie de consecuencias y de choques con la población, la policía…

¿Falta comunicación entre las distintas corporaciones y la población?

Absoluta, entre las Corporaciones, el Ministerio, la Policía… es un descontrol absoluto. Nosotros pudimos ver como en Arguineguín se trasladaron 200 migrantes a la ciudad en guagua por una descoordinación con la policía. No se puede funcionar de esta manera, una serie de personas dando órdenes a nivel nacional, y creo que deberían contar con las autoridades locales para este tipo de cosas.

El Cabildo insular puso a disposición la nave del queso, que fue el principal recurso que gestionó Misión Cristiana Moderna para esas personas que tenían que guardar cuarentena en la isla de Fuerteventura. ¿Cómo han sido esos meses y cómo se llega a esa denuncia por parte del Defensor del Pueblo de la situación que viven allí los migrantes?

El tema de la Nave del Queso surge como consecuencia de un positivo en uno de los migrantes que llegaron al muelle. Eran un migrante entre los 40-60 que llegaron, y Cruz Roja no se pudo hacer cargo de ello, no tenía en ese momento recursos y no sé si tenían los protocolos. Entonces contactaron con nosotros, y el Cabildo nos cedió la nave como forma de solucionar el problema, y esto que había sido una solución de un día para otro y una solución de emergencia, se empezó a convertir en un recurso fijo para cumplir al menos la cuarentena. Durante ese tiempo se cumplía la cuarentena ahí, y recibimos la visita de diferentes organismos, como del Defensor del Pueblo de Madrid, ACNUR, FRONTEX y todos los organismos que están metidos en temas migratorios. Todos vieron las instalaciones, conocieron a la empresa de limpieza y todos salieron de allí encantados porque el recurso estaba ventilado, tenía muchas ventanas, era alto, amplio, con una estructura casi de edificio con habitaciones que anteriormente habían sido oficinas, con sus baños, dentro de las habitaciones también había baño. El recurso ha estado bien, hasta que se desbordó y se tuvo que colocar unas carpas aisladas unas de las otras para evitar el contacto entre personas de distintas embarcaciones, ya que cada una tenía asignado por grupos, porque cada paterna requería de cuatro grupos de aislamiento: positivos y negativos para hombres y para mujeres. Además de eso se requería seguridad, aun así, estuvimos perfecto hasta semana santa que trajeron un grupo de migrantes que llevaban siete meses deambulando en Canarias y que no se les había dado solución, ni salida para península ni nada, estaban bastante crispados. Estas personas causaron problemas en Arguineguín, los trasladaron a El Matorral, y allí vuelven a causar problemas, se les hace una PRC, uno de ellos da positivo y se trasladan todos a la nave del queso hacia las 2 de la mañana. En total fueron unos 200, nosotros ya estábamos acostumbrados a tratar con esas cifras, llegamos hasta las 240 personas. Nunca tuvimos problemas, las personas estaban 10 días máximos allí, pero este ultimo grupo era muy violento y agresivo y con la idea de que si ocasionaban problemas en algún lugar se les trasladaría a otro sitio. Empezaron a volcar las aguas fecales de los baños, trasladaron los baños, movieron camas, techos y paredes, o sea, un desastre increíble, decían cosas por las ventanas, no guardaban el protocolo porque no se mantenían en las habitaciones, etc. un desastre, al final tuvo que intervenir la UIP.

¿El Ministerio tuvo constancia de eso?

Claro, continuamente, les advertimos que se los llevaran porque iban a reventar todo el recurso. Estos migrantes volcaron esas imágenes que ellos mismos habían ocasionado, y las vimos por Redes Sociales, preguntamos a nuestros internos, pero cuando volvimos ya no había nada. Empezamos a ver cosas graves, la situación se volvía un poco complicada y tuvimos que solicitar la presencia policial en muchas ocasiones. Luego ya se abrió el hotel, pero no quisieron trasladar a este grupo allí por si lo volvían a hacer, así que tuvimos que dejarlos ahí. El defensor del pueblo vino, pero no entró se quedo a tres metros. Vio el panorama de aquello y se hizo eco en los medios, con lo que redacto un informe contradictorio al del año pasado, igual que Amnistía Internacional, que ni si quiera ha estado en Fuerteventura, solo el Defensor, los demás no tuvieron oportunidad ya que quedó prohibido por sanidad, por haber un caso de Covid. Pero el Defensor del Pueblo no entró, sin embargo, porque vio la situación de peligrosidad que había con los migrantes en casi un amotinamiento. Finalmente se fue realzando el desalojo de los inmigrantes poco a poco hasta que no quedó nadie, u nosotros retiramos el centro de atención compartida de allí y se acabó, sirvió para lo que sirvió y nos salvó el pellejo de la isla de Fuerteventura, a todas las autoridades de la isla que estaban ejerciendo en ese tiempo y ahora también saben lo importante que fue la nave para solucionar un problema de la isla. Sirvió para que no se convirtiera en otro Arguineguín, las autoridades policiales saben l o que nos esforzamos, pero al final esta ha sido la cara que ha quedado y es bastante lamentable. Estamos desilusionados respecto al trato que se nos ha dado en ese sentido, pero sabemos el trabajo que hemos hecho, redactando y elaborando informes que se han presentado al Ministerio y todo con todo lo que sucedió en la nave del queso y estamos absolutamente tranquilos.

"Todos vieron las instalaciones de la Nave del Queso y salieron encantados"