viernes. 26.04.2024
Estructura aborigen en la Montaña de La Fortaleza, imagen captada por Tarek Ode.
Estructura aborigen en la Montaña de La Fortaleza, imagen captada por Tarek Ode.

Fuerteventura está todavía por descubrir a nivel arqueológico, pues todavía quedan innumerables yacimientos localizados y catalogados que, de ser excavados, arrojarían luz sobre la historia de la isla a través de la investigación arqueológica. Pero ese trabajo ya ha comenzado, y hay un grupo de arqueólogos formados en la isla que están trabajando en ello.

Uno de ellos es Derque Castellano, quien junto a Rosa López, ambos de la empresa Arenisca Arqueología, y el fotógrafo y realizador Tarek Ode, han plasmado un recorrido por la cultura aborigen en  La Cultura Maho de Fuerteventura. Una mirada a través de la fotografía, publicación que ha editado la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo de Fuerteventura.

Sobre el libro,  que pretende dar a conocer de manera visual una parte del patrimonio arqueológico perteneciente a la población maho, el propio Castellano explicaba este jueves en Cope Fuerteventura que "Rosa López y yo hemos intentado acompañar las imágenes de Tarek Ode con textos que reflejen los últimos hallazgos que se han producido en la isla".

El investigador destaca por ejemplo "el mundo ganadero, con los corrales, los grabados rupestres, de los que tenemos un patrimonio muy importante, las unidades de acogida, es decir, los poblados, explicar cómo se distribuyen, o dar algunas pinceladas de los cronistas de la época, como pueden ser Abreu Galindo, Torriani, o las crónicas de la conquista normanda de 1402 de Le Canarien, por supuesto. Intentar que el lector que no conozca la arqueología de Fuerteventura, pues pueda aprender algo de ella".

El arqueólogo Derque Castellano.
El arqueólogo Derque Castellano.

Entre los yacimientos reflejados en el libro, encontramos por ejemplo una imagen espectacular de la cavidad que da nombre al Valle de La Cueva, "un poblado aborigen con más de 70 estructuras". También la Cueva de Las Brujas, en Tindaya, "un jameo del qué se hundió parte del tubo, y tenemos ahí un asentamiento destacado, con muchísimo material, incluso restos óseos humanos". En el Cuchillo de La Galera, en la montaña de La Fortaleza, aparece "un círculo de piedra, que podríamos especular estaría relacionado con algún tipo de culto. Aun no se ha excavado, pero sabemos que es aborigen por el contexto, las piezas de cerámica que aparecen ahí, y también porque los mahos tenían una firma en sus estructuras, una cierta morfología que nos lo cuenta". 

No todos los yacimientos del libro son prehispánicos, y como explica el arqueólogo, a veces obviamos que los hallazgos posteriores pueden ser igual de importantes. Por ejemplo, con respecto a la Cueva de las Brujas, coincide con el sobrenombre del pueblo y la montaña de Tindaya. "Cuando llega la nueva cultura, portuguesa y castellana, los rituales que realizaban los aborígenes fueron llamados de brujería. Es algo que pasa en cualquier sociedad a la que llega una nueva cultura. Hay un choque religioso, y lo que pasa es que ese fagotizan esos rituales para adaptarlos a la nueva religión".

Cueva de las Brujas, en Tindaya.
Cueva de las Brujas, en Tindaya.

Existen otros ejemplos de ello, como la Montaña del Tanquito, "que probablemente tenga una arraigambre aborigen. Es probablemente uno de los últimos reductos del pueblo maho, y creemos que allí hubo una pervivencia de la cultura maho hasta mucho después de la conquista. Lo vemos también en La Peña, en el Barranco de Malpaso, o por ejemplo con la Luz de Mafasca, que también podría ser una adaptación".

En cuanto a las alusiones recogidas en la publicación sobre los cronistas que reflejaron la vida de los indígenas en sus anotaciones, Derque Castellano explica el caso de Ibn Jaldún, quien entre 1353 y 1362 recoge relatos de esclavos llevados a áfrica, y "nos habla de la adoración de los astros", cuando los aborígenes "se levantaban por la mañana y de rodillas hacían rezos al sol". Los cronistas que estuvieron en Fuerteventura también "nos hablaron de los efequenes, espacios de culto, de adoración y de sacrificio de alimentos, por ejemplo leche, en honor a los ancestros. Esos lugares los hemos encontrado y los hemos excavado. Son las iglesias de su momento".

Grabado rupestre con forma de barco, en Tinojay.
Grabado rupestre con forma de barco, en Tinojay.

También aparecen en el libro los famosos barcos del Barranco de Tinojay. En uno de los más detallados, "vemos un barco con velas cangrejeras, las escalinatas, que probablemente pertenezca al siglo XVIII o XIX. Hay muchísimos de ellos, y nos hablan de ese momento de mestizaje cultural. Nos imaginamos a un pastor que vería un barco por primera vez, y que lo plasmaba en un grabado". En conclusión, el arqueólogo afirma que "Fuerteventura está todavía por descubrir a nivel de arqueología", valora y que "nos queda mucho por hacer, porque tenemos un patrimonio arqueológico brutal".

La Cultura Maho de Fuerteventura. Una mirada a través de la fotografía

El paisaje cultural de Fuerteventura está configurado por un amplio abanico de elementos reconocibles en el territorio, fruto de la interacción de sus habitantes con el medio natural a lo largo del tiempo, señala el comunicado emitido desde el Cabildo. De norte a sur, la Isla cuenta con un gran número de yacimientos arqueológicos recogidos en su mayoría en la Carta Arqueológica Insular, con unos 700 yacimientos inventariados de distintas tipologías y características.

Los arqueólogos Rosa lópez y Derque Castellano, junto al consejero Rayco León.
Los arqueólogos Rosa lópez y Derque Castellano, junto al consejero Rayco León.

De esta manera, en el territorio isleño conviven en armonía un variado conjunto de bienes culturales que se presentan como testimonio material de los distintos procesos ambientales, sociales y culturales que se han producido a lo largo del tiempo en este territorio.

Según el consejero de Cultura y Patrimonio Histórico, Rayco León, la fotografía tiene el poder de trasladarnos  a un paisaje pasado que sigue presente como si se tratase de una máquina del tiempo. Con este trabajo, se muestra parte de los valores culturales que tiene Fuerteventura concretamente los que pertenecen a la cultura maho, compuesto por maretas, corrales, cuevas, casas de piedra, muros, grabados. Todos ellos distribuidos en el espacio heterogéneo insular.

Los yacimientos y restos arqueológicos adscritos a la cultura maho se presentan como testimonio material de las primeras poblaciones que se establecieron en este territorio, procedentes del norte de Árica, así como, de sus mecanismos y relaciones con esta tierra.

La irrupción del mundo moderno en la Isla en el siglo XV tuvo como desenlace un proceso de aculturación que provocó la desaparición de parte del entramado cultural de esta población que arribó al Archipiélago canario, presumiblemente en torno al cambio de era.

Durante aproximadamente los 1.500 años que la población maho habitó la Isla, el territorio insular y sus unidades geográficas (barrancos, malpaíses, montaña y valles) acogieron a esta población, ofreciéndoles recursos para su desarrollo y protección. El agua, los pastos, la piedra para construir, los animales silvestres, la pesca y el mársico fueron factores que se tuvieron muy en cuenta para seleccionar los sitios donde instalarse y variadas tipologías de yacimientos nos indica la existencia de estructuras con diferentes funcionalidades: de hábitat estable, eventual, ganadero, ritual y de abastecimiento de agua.

Una mirada al pasado a través de la cultura maho