Corralejo, Los Molinos, Las Salinas, Morro Jable, Puerto del Rosario, El Jablito, Morro Jable Giniginámar, Caleta de Fuste… A lo largo y ancho de Fuerteventura se celebran las Fiestas del Carmen, que contaron con su día grande este sábado 16 de julio. Pucheros en las casas con la puerta abierta a la familia y los invitados, las verbenas que organizan los ayuntamientos junto a las comisiones de fiestas, las misas, y por supuesto, las procesiones con la virgen embarcada, que son santo y seña de la identidad de estas fiestas.
En Corralejo se celebraba, ya desde el jueves, la Romería en Honor a la Virgen del Carmen, y la patrona recibía un segundo homenaje el viernes, en un acto que, explicó la alcaldesa de La Oliva, Pilar González, "ha sido un acto emotivo, una reivindicación de las Hermanas de La Caridad desde hace tiempo, y que una vez pasada la pandemia hemos querido celebrar para honrar a la patrona de los marineros".
La devoción a la virgen es una constante, y así lo ilustraba en el extremo de la isla Juan Placeres, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Morro Jable, recordando anécdotas en que la patrona les había salvado. "A veces se ve uno apurado allá fuera, y parece que ella te echa una mano".
El Carmen es para Juan Placeres "un sentimiento", "no para sólo los pescadores, sino para los marinos en general, es algo especial, una cosa grande en toda España", y también lanzó una pequeña crítica al Ayuntamiento de Pájara por estar las fiestas este año "algo descafeinadas", porque "salió el programa solo dos días antes", y "el ayuntamiento tiene a mucha gente de baja…".
De vuelta en el norte, Sara Estévez, concejala de Festejos en La Oliva, señalaba que El Carmen siempre es especial "para muchas familias de Corralejo". Es "un momento de alegría", en que "nos acordamos también de los que ya no están". Todo ello con el lío familiar de organizar el puchero, "entre verduras, limpiando la casa, cuantos vienen a comer y a cenar, que me pongo por la noche, y los marineros como siempre engalanando todo para la procesión" .
Las Fiestas del Carmen han cambiado con el avance de los tiempos, especialmente en lo que a seguridad se refiere. Lo que en su día era una procesión en gran parte espontánea, en que cada embarcación, desde los veleros has las chalanas, se echaban a la mar para acompañar a los marineros, hoy exige los permisos de Capitanía Marítima, en incluso un registro previo de los barcos participantes, con un patrón identificado. "Lo más importante es la velocidad, no correr", señalaba Juan Placeres, y por supuesto la moderación con el alcohol.
Otro aspecto a tener en cuenta es el decoro en las procesiones. En julio hace calor, la gente se baña desde los barcos, y no han sido pocas las veces que las autoridades religiosas han demandado a los participantes y marineros asistir con el torso cubierto. "No deja de ser una fiesta patronal, una fiesta religiosa, y por eso se pide quitar la música cuando la virgen llega a tierra", recordó Sara Estévez. Y en cuanto a la vestimenta, "lo doy por hecho, no hace falta recordarlo, hay que guardar un poco la compostura en ese momento".
La imagen de la Virgen del Carmen recorrió por tierra y mar las distintas localidades de Fuerteventura, dejando una vez más imágenes para el recuerdo, y un sentimiento de regreso y normalidad tras dos años marcados por las restricciones de la pandemia.