Este jueves se produjeron novedades en torno a la polémica organización, desde el Ayuntamiento de Pájara, de un campeonato internacional de windsurf en la playa de Punta Salinas, en la costa sur del Parque Natural de Jandía (Pájara).
Los representantes de las empresas promotoras, el multicampeón mundial Björn Dunkerbeck (Dunkerbeck GPS Speed Challenge) y el propietario de Fuerte Action, el windsurfista majorero retirado Orlando Lavandera, emitieron un comunicado defendiendo los valores medioambientales de la prueba, y asegurando que la misma no afectaría a los valores naturales de la zona.
Por su parte, la vicepresidenta del Cabildo y consejera del área de Sostenibilidad Medioambiental, Lola García, explicó en declaraciones a Cope Fuerteventura, que el área de Medio Ambiente de la institución había informado desfavorablemente a la solicitud de los permisos. Esto habría tenido un lugar coincidiendo con el anuncio del Ayuntamiento de Pájara de que buscaría una nueva ubicación, barajando "otras opciones, con las mismas condiciones, que eviten posibles consecuencias para el medio ambiente".
Informe de Medio Ambiente desfavorable y sin memoria ambiental
Lola García explicó que al ubicarse el evento dentro de un espacio natural protegido, e incluido dentro de la Red Natura 2000 (Unión Europea), en este caso el Parque Natural de Jandía y Zona ZEPA, "para desarrollar cualquier prueba deportiva hay que contar con todos los informes". En el caso del área insular de Medio Ambiente, "el informe era desfavorable, precisamente por las características de la zona donde se iba a desarrollar", e incluso detalló que sería necesario "pedirle también informes al Gobierno de Canarias", al coincidir con una zona donde se desarrolla el proyecto de recuperación de la lapa majorera, especie declarada en peligro de extinción.
A tenor de estas salvedades, indicó García, la organización "tendría que presentar memoria ambiental", además de las preceptivas autorizaciones de Costas, que dijo desconocer si se contaba con ellos o no.
La vicepresidenta insular indicó que este es el trámite necesario ante cualquier evento de similares características, y que además de Medio Ambiente, otros departamentos deben informar también para garantizar que no existen afecciones. "El ayuntamiento tramitó el expediente al Cabildo, y aquí no solo informa Medio Ambiente, sino también Patrimonio, Carreteras… Desde el área de Medio Ambiente, y también desde mi grupo político (CC), siempre hemos tenido clara la protección y el mantenimiento de los espacios naturales protegidos".
"Los deportistas y los surfistas deberían de ser conscientes de esta realidad. Si nos cargamos la zona o la estropeamos, pues al final ni ellos van a poder disfrutar de su deporte. Y lo peor de todo es el daño que hacemos a nuestros parques naturales, que luego son muy difíciles de recuperar", dijo García.
Comunicado de Dunkerbeck y Lavandera
El exwindsurfista profesional majorero Orlando Lavandera, propietario y gerente de la empresa Fuerte Action, y Dunkerbeck GPS Speed Challenge (DSC), empresa del multicampeón mundial afincado en Canarias Björn Dunkerbeck, son los cabezas de las entidades promotoras de la polémica prueba, junto al Ayuntamiento de Pájara.
Sobre la reubicación de la Fuerte Action Windsurfing Speed World Championship, inicialmente del 30 de junio al 4 de julio en la Playa de Punta Salinas, Lavandera y Dunkerbeck trasladaron también este miércoles no estar de acuerdo con los motivos. En un comunicado publicado por el medio majorero SurFM, aclararon en primer lugar la confusión con el campeonato del mundo de windsurf: "Este evento no es el evento de la carpa de Sotavento, con su mundial y su carpa nocturna. Es un evento pequeño para especialistas de la velocidad, y no se espera nada o casi nada de público, ya que no hay instalaciones ni puestos de comida ni fiestas".
Tanto Lola García como los organizadores coincidieron en que la asistencia prevista al campeonato sería de unas 200 personas, contando con la ubicación de tres carpas en la playa de Punta Salinas, entre otros elementos de logística como vehículos de rescate marítimo y terrestre.
También informaron de que "es la segunda vez que se hace un evento en esta playa. Ya se celebró un evento/reunión promocional en 2019, sin ningún impacto en el medio ambiente". Defendieron que sí "hay un informe medioambiental, y como en todos nuestros eventos se realiza una limpieza antes y después", en el que incluso participan los competidores "para concienciar de la importancia de los parques naturales y el medioambiente. La comunidad windsurfista es muy concienciada, y de las más involucradas con el medio ambiente y lleva años cuidando las playas Canarias".
En cuanto a la seguridad, indicaron que "cuidamos a los participantes" con "una ambulancia medicalizada durante la competición, y dos embarcaciones con patrones profesionales para la seguridad en la mar".
Aunque el evento cuenta con 15.000 euros en premios, que aportan los patrocinadores, sostienen que se reparten entre los 10 mejores clasificados como un aliciente para la participación, y que "tampoco somos peces gordos. Somos dos autónomos que trabajamos los siete días de la semana y damos trabajo, muy gustosamente, en el sur de Fuerteventura a más de 25 familias, y en Gran Canaria a otras tantas".
En cuanto a las características de la playa, que se habían puesto en cuestión por tratarse habitualmente de una zona de surf, y no de windsurf, indicaron que "durante los meses de verano reúne las condiciones perfectas para este tipo de prueba de windsurfing de velocidad, por el viento fuerte, y por no haber nada de olas y poca gente debido a los fuertes vientos".
Tuvieron palabras para los medios de comunicación que "han publicado noticias sin la información correcta y dando pie a comentarios sin saber todos los datos, y otros han elegido una foto con muy mala representación del evento, ya que la foto no solo no corresponde al evento sino tampoco a la disciplina de velocidad donde lo menos que quieres son olas. Les hemos pedido que cambien la foto pero no nos han contestado".
Defendieron, en definitiva, el impacto positivo que supone esta prueba a nivel medioambiental, siendo "un evento respetuoso con el ecosistema y el medioambiente y con la naturaleza, sin instalaciones permanentes ni movimientos de tierra, y utilizando materiales reciclados en todo lo posible", y también a nivel promocional y económico para la isla.