Tras las recientes y abundantes lluvias que esperaba desde hace varios años el campo majorero, los sistemas de cultivo de la isla han bebido y esperan buenas cosechas. Esto es posible gracias a que, "durante siglos, en Fuerteventura se han desarrollado sistemas de cultivos capaces de concentrar el agua de escorrentía para cultivar". Son palabras de Juan Miguel Torres, doctor en Ciencias Biológicas, y especialista en Edafología y Ciencias del Suelo, que en la finca heredada de su familia, al borde del Barranco de Gran Tarajal, explica la importancia de estos sistemas.
Estos sistemas son varios, aljibes, maretas, charcas…, pero el fundamental es la gavia. En Fuerteventura, las precipitaciones oscilan entre 60 y 250 litros por metro cuadrado y año, una cantidad que, señala Torres, "generalmente no es suficiente para obtener cosecha en esas condiciones de secano". Esto no sucede en otras islas de Canarias con mayores precipitaciones, terrenos de más pendiente, y mayor altitud, "donde las precipitaciones sí son generalmente suficientes para producir cosechas, especialmente las zonas de medianías".
Como esto no sucede en Fuerteventura, los agricultores majoreros tuvieron que desarrollar un ingenio que se plasma en los sistemas de cultivo. Aunque añade, siendo parte de la tradición de la isla, son no exclusivos de ella, "ya que en otras regiones áridas del mundo también se presentan".
De las gavias que pueblan la geografía insular, configurando un paisaje característico, el experto explica que se basan en "un sistema que consiste en derivar el agua de escorrentía que discurre por las laderas y barrancos en los periodos de lluvia, y concentrarlos mediante un sistema diques de tierra. Es necesario que los escasos periodos de lluvia, el agua se concentre en determinados puntos para recargar el suelo de agua". A la cantidad de agua recogida de las lluvias directamente, se pueden "sumar otros 200 o 300 litros más por metro cuadrado, y así conseguir cosecha".
El sistema de gavias "permitió producir alimentos para la población de Fuerteventura durante siglos", e incluso exportar alimentos a otros puntos del archipiélago". Pero no sólo eso, defiende Torres, la conservación de las gavias como elemento patrimonial y etnográfico es importante "porque siguen teniendo implicaciones ambientales muy importantes, por el aprovechamiento de aguas superficiales para evitan que se pierden en el mar, mejoran la fertilidad de los suelos, y permiten la producción de alimentos en un medio árido".
Porque a diferencia de lo que suele creerse, especialmente en el momento actual, en que Fuerteventura ha reverdecido a tenor de las lluvias, "Fuerteventura es una isla con una alta salinidad en los suelos, y eso limita bastante el crecimiento de las plantas". Gracias a la existencia de las gavias, tras recibir un cultivo tras otro, "este problema está resuelto, porque el propio hecho de inundarlas con la lluvia no solo permite humedecer el terreno, sino que además contribuye a lavar las sales de los suelos. Se puede decir por este motivo, que las gavias son los suelos más fértiles de Fuerteventura".
Otro elemento importante para conseguir cosecha es el elegir el momento. "En la agricultura de Fuerteventura, es decisivo elegir cuándo proceder a la siembra. No puede ser muy pronto, porque el suelo está muy húmedo, y no admite el laboreo, pero tampoco muy tarde, ya que se secaría excesivamente y no habría humedad para asegurar el cultivo". Eligiendo bien los tiempos y con agua suficiente, en las gavias majoreras se siembra trigo, lentejas, garbanzos, millo, chícharos, como es bien sabido. Aunque también, añade Torres, "la humedad que queda por debajo es aprovechada por los sistemas radiculares de las especies arbóreas que normalmente se plantan en los bordes de la gavia, como la higuera, las palmeras, o los granados", entre otros.
Otros sistemas de cultivo, aljibes, maretas y charcas.
Aunque la gavia es la estructura fundamental, Juan Miguel Torres detalla otros sistemas esenciales de aprovechamiento de agua en Fuerteventura, "También está el aljibe, un sistema de aprovechamiento de agua fundamentalmente para consumo humano, o también para para el ganado". Otra estructura es la mareta, un hoyo construido sobre el terreno donde se encharca el agua de lluvia, durante algunas semanas, "y sirve de abrevadero para el ganado".
Y con la llegada de los tractores y la maquinaria, añade, "las maretas se pueden convertir en charcas, un sistema de aprovechamiento de agua más grande. La charca normalmente retiene el agua que circula por los barranquillos, y consiste en un dique de tierra con un desagüe que permite un intercambio de volúmenes de agua muy importante. Lo que busca es retener mayores volúmenes de agua.". Y si están situadas en suelos impermeables, "pueden durar meses y ser utilizada directamente para riego".
Como apasionado de Fuerteventura y de lo que la isla representa, este experto concluye con una reflexión. A pesar de su importancia, "la tradición agrícola de Fuerteventura no son los aperos de labranza, o los tractores, o las gavias. La parte viva de la tradición agrícola son las semillas, que durante se han seleccionado en condiciones de aridez, y el conocimiento que durante siglos ha acumulado la población de Fuerteventura".
