viernes. 22.11.2024
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"Esa gente fue la representación de lo que era la gente del pueblo en la isla de Fuerteventura"

"Creo que es un acto que puede poner el foco sobre la gente de Las 90 Viviendas que por diversas circunstancias, que todo el mundo conoce, no lo está pasando bien"

Miguel Rives, autor de 'Al madero no le gusta la ropa vieja', ha presentado este miércoles está, su primera novela en la Plaza de las 90 viviendas. En una entrevista para COPE Fuerteventura en la que estuvo acompañado por Francis Ruiz vecino y presidente de la Asociación de Vecinos de las 90 viviendas, ha explicado la importancia que ha tenido dicho vecindario en el relato de su obra, siendo el lugar de origen del protagonista. Rives ha explicado que cuando llegó a Fuerteventura en el año 1976 fue el primer lugar en el que le "abrieron la puerta" y que este libro es una forma de devolverles esa gratitud.

- Comentaban la relación que tiene el libro con Las 90 Viviendas, que el protagonista sea de Las 90 Viviendas viene de un vínculo que tiene usted con e el propio barrio.

- Miguel Rives (M.R): El protagonista vive en Las 90 Viviendas. Es un guardia civil que acaba de terminar  la academia y después ha hecho las prácticas en Almería. Cuándo va a pedir destino, su pareja, que es de aquí, lo convence para que pida destinado en Puerto Rosario. Al mismo tiempo el padre del guardia civil tiene un amigo, de hace mucho tiempo, que vive en el cuartel de la Guardia Civil de Puerto del Rosario. Decidí que el chico viviese en Las 90 Viviendas porque tengo una relación con ellas desde el año setenta y seis y porque la idea escribir una novela negra nació en una charla que di precisamente en la Asociación de las Las 90 Viviendas.

- Francis Ruíz (F.R.): Para nosotros es todo un orgullo qué libro haya salido de allí y que Miguel hable tan bien cómo habla de Las 90 Viviendas. No solamente en el libro, sino que Miguel siempre habla muy bien de la gente de Las 90 Viviendas.

-Miguel ¿cómo nace ese vínculo?

M.R: Yo llegué a la Isla en el año 1976 y soy vecino de la isla desde esa fecha. Mi mujer es de aquí y mis hijos son de aquí. Tengo una entrada en un blog que se titula: Hoy cumplo 35 años, los 35 años que llevo en Fuerteventura. Yo me sentía atraído por la isla, que no conocía, incluso me habían dicho en el Sáhara que no se me ocurriese venir. Me dijeron aquello es un muerto. No sé qué experiencia habría tenido el que me lo dijo, pero yo, por circunstancias profesionales. llegué aquí y lo cierto es que la isla me gustó. Para mí, una isla extraña y que tiene un gancho que los naturales de aquí no perciben, pero para los que no hemos nacido en la isla o te atrae o te expulsa. Pues como decía, en el año 76, vine aquí por un asunto profesional y tuve que visitar las 90 viviendas puerta a puerta. El motivo, llevaba una carta que había escrito yo mismo, en la que los vecinos manifestaban que la Legión no les molestaba y que estaban de acuerdo en que estuviese aquí. Y fui, puerta a puerta por Las 90 Viviendas qué era la barriada más cercana a la Legión para ver si los vecinos estaban de acuerdo con la carta. La gente me firmó la carta y se mostró amable. Me impresionó la calidad humana de aquella gente, mucha gente que no estaba de acuerdo en que la legión estuviese aquí.

- F.R: Los vecinos de Las 90 Viviendas quizá fueron los que más convivieron con la Legión porque del cuartel los separaba una pared.

- M.R: Por eso yo me empeñe en empezar por Las 90 Viviendas; en primer lugar. porque allí vivía gente afincada aquí, trabajadora. Yo acabé el cometido y se lo llevé al coronel, pero ahí acabó la historia porque nadie siguió con la iniciativa. La gente aquella me llegó, me tocó el corazón. Me contaron sus historias y yo decía una frase que a muchos molestó: la gente aquí no vivía, sobrevivía Entonces existía la idea de qué el que no era de aquí no podía hablar, se tenía que callar y yo preguntaba por qué si mis problemas eran los de aquí. Es verdad que la gente aquí en Fuerteventura el siglo XIX lo paso mal, muy mal. Yo digo una frase: Somos lo que somos porque fuimos lo que fuimos. Por esto, hay que conocer el pasado. El pasado a veces se ignora o se desvirtúa. La gente decía fíjate si vivimos bien que no teníamos que cerrar las puertas, y yo contestaba sí, pero a lo mejor un niño cogía la tosferina y se moría.

- F.R: Bueno, sobre todo era otra forma de vivir, Se vivía de puertas hacia fuera. Los vecinos se ayudaban. Yo nací y crecí en la calle del 54 y la aldaba de mi casa siempre estaba abierta y los chicos que jugaban al baloncesto entraban a beber a la talla de mi abuela. Cuando entregan Las 90 Viviendas casi todos eran familias muy numerosas. Los vecinos lo hacían casi todo juntos. Se sentaban por la tarde todos juntos en la plaza, a la fresca. Y la plaza la quisieron quitar y cuando fueron las máquinas todos los vecinos se plantaron allí y no hubo manera de que allí entrase una pala. A Juanito, el Tinguaro, que era el presidente de la Asociación de Vecinos, se lo llevaron preso.

- M.R. Cuando las situaciones son malas, la gente se une, Llama la atención la hospitalidad de gente que prácticamente no tiene nada y da lo que tiene. Otra cosa es que la gente tenga la percepción de qué aquello era una buena vida. Pero hay que reconocer que esta gente lo paso muy mal e hizo frente a las adversidades con una dignidad que no tenemos todos. Por todo esto es que tengo una deuda con aquellos vecinos, aunque seguramente ya no estarán allí porque muchos ya habrán muerto. Para mí, esa gente fue la representación de lo que era la gente del pueblo en la isla de Fuerteventura. Luego empecé a moverme por la isla y y empecé a conocer gente de otros pueblos.

- ¿Los primeros que te abrieron la puerta no solo para firmar la carta si no la puerta de su vida?

- M.R: Sí, por eso, me empeñe en hacer la presentación del libro en la plaza de las 90 viviendas, aunque el Cabildo considerase que implicaba muchas dificultades, por cuestiones de distancia social y aforo. Desde el Ayuntamiento se me ofreció la Casa de la Cultura y la Biblioteca Municipal. Pero yo tenía claro que quería que fuese en la plaza de Las 90 Viviendas. Creo que es un acto que puede poner el foco sobre la gente de Las 90 Viviendas que por diversas circunstancias, que todo el mundo conoce, no lo está pasando bien.  Las soluciones qué les han dado en la rehabilitación Las 90 Viviendas parecen un disparate, aunque yo no sea arquitecto, tengo ojos. Creo que es el momento; a mucha gente que a lo mejor no le interesa el libro, le puede interesar el acto porque la presencia de los vecinos de Puerto del Rosario sería una muestra de empatía y solidaridad con los vecinos de Las 90 Viviendas. Por eso les pido que asistan y si ya después le interesa el libro pues mejor.

- ¿Esto puede ser un motivo para refrescar esa sensación de comunidad que había antes?

- M.R: En el personaje de la suegra del protagonista yo he querido reflejar la forma de ser y la forma de actuar de toda esta gente que he conocido en Las 90 Viviendas y en Fuerteventura en general.

- F.R: Nosotros estamos muy orgullosos. Hemos plantado árboles hemos tenido hijos y ahora, ahora tenemos un libro.

- M.R: El siguiente libro lo tendrá que escribir Francis

- F.R: pues el mío en lugar de novela negra sería un drama.

- M.R: como mi intención es escribir otro libro con el mismo protagonista seguirán saliendo Las 90 Viviendas.

- Entonces, ¿nos avanza que habrá otro libro?

- M.R: tengo la idea pero del dicho al hecho. Para éste, desde qué me lo plantee hasta que salió, paso una inmensidad. Tengo una parte importante del trabajo hecho porque ya tengo creados los personajes principales y los secundarios, sus relaciones, su trabajo, su familia. Ya tienen vida.

- Pues aquí estaremos esperando

- F.R: yo invito a la gente a que la lea porque es una novela en la que te involucras el principio y parece como una película.

- Pues invitamos a todos los oyentes a que se lean la novela y a que asistan esta tarde a la presentación en Las 90 Viviendas a las 7 de la tarde.

"Decidí centrar la novela negra en Las 90 porque la idea empezó aquí"