Cuanto menos, me resulta preocupante.
Los responsables municipales, insulares y autonómicos no cogen la guagua, no hacen cola en las cajas de supermercados, no forman filas en las entidades bancarias esperando turno, ni en los centros de salud, ni en los servicios sociales, ni en las oficinas de vivienda para solicitar una casita, ...
No se les ve por las oficinas del Instituto Nacional de empleo, INEM, ni por el Servicio Público Estatal de Empleo, SEPE, ni por Cáritas o por alguna otra organización caritativa...
Por eso no oyen el silencio de las personas yendo cada cual a lo suyo sin mediar palabra tratando de resolver y gestionar su día a día envueltos en un silencio cada vez más atronador.
No se escucha, ¡pero caramba, cómo resuena! Sin duda es una contradicción escribir sobre un silencio que retumba...
Pero quienes no lo oyen, decía, son esos responsables municipales, insulares y autonómicos que reciben nómina mensual alejados del silencio abrumador de la gente...
Y entonces, en su ignorancia revestida de una coraza de vivencia irreal, se piensan que la gente está bien, que es feliz porque no les oyen sus quejas, sus reivindicaciones, sus necesidades...
Ahora un volcán es la comidilla, pero exclusiva de esos responsables municipales, insulares y autonómicos, que en sus interminables elucubraciones telefónicas repollinados en los sillones de sus protegidos despachos se han convertido en expertos geológicos y ciencias de la naturaleza... Mientras, el pueblo reza, observa y calla...
Los medios de comunicación han tropezado de pronto con el entretenimiento perfecto, y ¡oh, acontecimiento histórico! veinte cuatro horas diarias, cansino, repetitivo rayando casi lo absurdo...
Los mismos medios que no informaron de la muerte de 150.000 personas, ¡ahí es nada!, por negligencia estúpida de una epidemia que no les dio la gana controlar, se olvidaron de una desgracia decidiendo que no existió, no se ve, nadie, ninguno la ha visto...ni un féretro, ni una persona fallecida...
Incongruentes. Informaban a diario de las decisiones de un "Comité de Expertos" que no existía, y de las personas fallecidas no mostraron ni un entierro... Pero se creen y se autodenominan sin ningún tipo de complejos periodistas.
En cambio, de unos perros en la Palma colmaron hasta la saciedad noticias, imágenes, artículos de opinión, tertulias de radio, fotos y se ha hecho famoso hasta un gato reanimado con un boca a boca...
Han contratado detectives tratando de localizar al Equipo A palmero para reprochar y hasta sancionarlos por haber hecho lo que los inútiles de los despachos no hicieron cobrando por su negligencia burócrata.
Medios de comunicación que sufren también ese pasotismo de una sociedad que les aborrece por claramente interesados, partidistas, envueltos también en esa coraza ignorante revestida de irrealidad, creyéndose que generan opinión.
Se creen informadores y comunicadores con influencia social, y no ven realmente que están promoviendo la indiferencia en la gente.
No todos, pues gente seria y comprometida con la profesión periodística todavía queda.
Y lo peor aún, al igual que en la clase política, los medios de comunicación claramente sectarios, observan en el silencio de las personas complicidad con sus editoriales y sus propagandas ideológicas...
No quieren darse cuenta, que el verdadero significado del silencio de la gente es su protesta de desprecio y aborrecimiento de la mayoría de sus estúpidos e interesados contenidos de sesgo político.
Pagábamos plusvalías a los Ayuntamientos cuando un banco se adjudicaba la vivienda de una hipoteca impagada y también cuando se acordaba la dación en pago para no quedar a deber la diferencia entre lo prestado y el 50% del valor de la vivienda que se adjudicaban...
Inconstitucional el injusto impuesto, pero no devolverán las cantidades abonadas de embargos de sueldos y cuentas bancarias bloqueadas por los comprensivos, solidarios y sociales Ayuntamientos, ¡cuánta hipocresía! entre otras cosas, a lo mejor, porque intuyen que la mayoría de las personas beneficiarias se suicidaron...
Pero medios de comunicación y los responsables públicos encantados con el silencio de una sociedad que observa con rabia callada el incumplimiento constante de todos en todo.
Del fantasma de la Moncloa no sabemos ya cuántos viajes se ha dado a la Isla de la Palma. Los canarios no gritamos, no insultamos a chillido limpio lo que ignoramos por irrelevante, y es de estúpidos dar importancia a un fantasma viniendo de Madrid a esparcir fantasmadas. Por eso el silencio que le ignora se nota mucho más, a que se le grite su presumida presencia haciéndole visible su inutilidad.
Y como no le silban ni lo insultan, el imbécil se cree bienvenido y que los canarios estamos locos de contentos por votarle cuando quiera que se le ocurra convocar elecciones.
Ni un representante público, pero tampoco periodista que se precie, es capaz de preguntarle al mentiroso de dónde sacará los doscientos millones de €uros para la isla de la Palma.
¿En qué partida de gastos está recogida esa asignación económica para la Palma en el Presupuesto General del Estado de Bildu, Ezquerra Republicana de Cataluña, Partido Nacionalista Vasco y de Podemos?
¿En qué partida de los ingresos del Presupuesto General del Estado se específica la recaudación de esos doscientos millones para destinarlos a la Palma?
Pero ese silencio de casi luto por la incomprensión de lo vivido a diario se hará voz, pues las urnas mostrarán lo que el silencio de hoy manifiesta tan callando.