La única manera de responder con seguridad y éxito a un problema real es la previsión y la organización. En ese sentido, los procesos migratorios que se están dando actualmente y que tienen a las Islas Canarias como trampolín para llegar a Europa no son diferentes. Sabemos que hay personas que están dispuestas a ir adónde sea para mejorar su situación personal, para escapar de las necesidades que condicionan sus vidas en sus países de origen. También sabemos que hay gente dispuesta a aprovecharse de estas circunstancias para traficar con personas sin importarles el resultado del viaje, más allá de cobrarles una cantidad desorbitada de dinero para poner en riesgo sus vidas. Y, por supuesto, conocemos también la enorme sensibilidad del pueblo canario con estas personas y esta realidad. Lo que no entendemos son las causas por las que vivimos la llegada de cualquier patera como si fuera la primera.
A estas alturas del proceso migratorio, tanto la Unión Europea como el Estado español deberían tener muy claro que no están gestionado adecuadamente la frontera de los territorios europeos, en lo que a Canarias se refiere, que no ponen ni los medios, ni el personal, ni la voluntad necesaria para impedir que todo el peso recaiga en la población canaria. La llegada de una patera y el posterior tratamiento a los migrantes no solo debe de estar reglado sino también perfectamente organizado para evitarles sufrimientos innecesarios a esas personas y llenar de incertidumbre a la población local. Si sabemos que están llegando pateras cargadas de personas y que muy posiblemente esas llegadas puedan aumentar en número en los próximos meses, con la mar en calma de esas fechas, ¿por qué no se arma una respuesta al nivel que se espera para la frontera de Europa en este lado del Atlántico? ¿Por qué no pone en funcionamiento el SIVE? ¿Por qué no hay personal especializado desplegado en las islas para evitar merma en los servicios locales cuando llegan inmigrantes? ¿Por qué no se cuentan con las infraestructuras necesarias para acogerlos y gestionar sus trámites con la mayor celeridad y eficacia?
Sabemos que la situación geopolítica actual de África no va a variar mucho en los próximos meses, que las mareas serán beneficiosas para favorecer la llegada, pero seguimos sin saber nada de una política de inmigración responsable por parte del Estado español y de la Unión Europea. Sorprende enormemente que sabiendo lo que va a pasar no se haga nada para evitar daños y sufrimiento a miles de seres humanos. A pesar de los avisos, de las certidumbres, volverán a llegar pateras y se volverán a recibir como si fuera la primera, con el riesgo de que se repitan tragedias como las ya vividas en Los Cocoteros, Órzola o Caleta Caballo, entre otros lugares.
Quiero dejar constancia de que podemos hacerlo mucho mejor. Que no podemos permitir que la llegada de los inmigrantes sea la repetida crónica de un olvido anunciado. Y no basta con la entrega, solidaridad y ayuda humanitaria de los canarios. Se necesita que quienes tienen las competencias y los medios, actúen con decisión y responsabilidad. Se trata de vidas humanas y un poco de respeto a los y las canarias.