martes. 03.12.2024

Putin debería jugar con plastilina

Vladimir Putin, un presidente con tintes nazis que juega a ser dios, condicionando las vidas y poniendo en alerta al mundo e inventándose amenazas inexistentes para darle sentido a su manía persecutoria.

Algunos hablan de que Putin es comunista y no, no es comunista, es de extrema derecha y totalitario, no escucha ni siquiera a su pueblo que le esta exigiendo un “NO A LA GUERRA”.

Lo que menos esperaba era que saliendo de una pandemia podríamos entrar en guerra.

La derecha en España está muy preocupada con que se diga que Putin no es comunista si no de extrema derecha.

Y digo que este “señor” debería estar jugando con plastilina y no con botones nucleares que pueden ponernos en peligro a todos y todas.

No solo invade otro país soberano, también amenaza a los demás y amenaza con armas nucleares.

Putin es una amenaza real para el mundo, las libertades y la humanidad, es el Hitler 2.0.

Y su ideología está bastante clara en su propia biografía, así que el partido popular, vox y demás familia, no traten de tapar el sol con un dedo.

La importancia de saber votar es importante y aquí en este contexto se demuestra, porque votar puede condicionar hasta la propia existencia.

Putin es el típico matón del patio.

Usa la invasión, amenazas y guerra al más estilo siglo XX, pero que recuerde que no estamos en el siglo XX y estoy muy seguro que la fuerza que trata de proyectar no es más que su propia debilidad.

La UE ha actuado rápido y con contundencia pero eso también puede tener consecuencias, Putin podrá quedar herido económicamente, probablemente se eche arriba a su propio pueblo, pero no podemos pasar por alto que “el fin justifica los medios” y un animal herido no dudaría en despedazarte si se ve acorralado.

Y por eso digo que personas como Putin, deberían estar jugando con plastilina en un psiquiátrico y no con botones nucleares.

Lo más cercano a Putin en España es la extrema derecha (VOX), que mira con silencio la admiración que sienten al ver como amenazan a la UE.

Putin debería jugar con plastilina