13 de agosto de 2021, 12:11
Siempre ha sido motivo de orgullo para nuestra gente que nos visiten personalidades relevantes y se queden maravilladas con nuestra tierra. Lógico, porque su estancia aquí hace que los grandes medios de comunicación pongan el foco sobre Lanzarote, lo que se convierte en una promoción impagable para una isla que vive del turismo.
Tenemos la suerte de contar con La Mareta, una residencia ubicada en Costa Teguise, junto al mar, que pertenece al Patrimonio Nacional del Estado. Esta casa se puso al servicio de los intereses turísticos de España, lo que posibilita que mandatarios o representantes de instituciones internacionales puedan ser invitados a hospedarse en ella para promocionar la marca España, en general, y de Canarias y Lanzarote, en particular.
En esta ocasión, vuelve a honrarnos con su visita el presidente de España, Pedro Sánchez, quien ya ha sido inquilino de la residencia gubernamental de La Mareta. Antes que él, se alojaron en ella otros presidentes como Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, aunque quienes más han frecuentado la vivienda son los miembros de la Familia Real. En todas esas ocasiones, Lanzarote acaparó titulares y ahora sucede lo mismo.
Quienes aquí vivimos actuaremos como siempre, procurando respetar el descanso y la intimidad del presidente y su familia con el sincero deseo de que el tiempo acompañe para que puedan disfrutar plenamente del mar, las playas, la gastronomía, los paisajes y los lugares de interés turístico. Más adelante, volveremos a sentir el orgullo a flor de piel cuando le oigamos hablar bien de Lanzarote y exprese su intención de regresar pronto a la isla.
¿Cómo no vamos a sentirnos orgullosos? Pensemos que la pandemia provocó una caída de un 70% en el turismo y perdimos más de dos millones de visitantes el año pasado, ocasionando un desplome de casi 30 puntos en el Producto Interior Bruto insular, la clausura de establecimientos alojativos, la desaparición de una de cada diez empresas, el aumento del paro por encima del 25 por ciento, y que gran número empresas y trabajadores se acogieran a Expedientes de Regulación Temporal de Empleo.
Cuando parece que ya hemos pasado lo peor, tenemos depositadas nuestras esperanzas en que la vacunación siga progresando para que el turismo se recupere cuanto antes y podamos alcanzar los niveles de actividad económica y empleo anteriores a la pandemia. Todo suma para que podamos alcanzar ese objetivo, incluido que el presidente haya escogido Lanzarote para descansar durante unos días.
Por eso, la sola presencia de Pedro Sánchez la percibimos como un gesto de afecto y apoyo hacia Lanzarote y Canarias tras el duro castigo al que nos ha sometido el coronavirus. Un afecto y apoyo que estoy segura se verá materializado con el firme respaldo del presidente de España en la senda de la recuperación y transformación de Lanzarote en los próximos años.
Tenemos la suerte de contar con La Mareta, una residencia ubicada en Costa Teguise, junto al mar, que pertenece al Patrimonio Nacional del Estado. Esta casa se puso al servicio de los intereses turísticos de España, lo que posibilita que mandatarios o representantes de instituciones internacionales puedan ser invitados a hospedarse en ella para promocionar la marca España, en general, y de Canarias y Lanzarote, en particular.
En esta ocasión, vuelve a honrarnos con su visita el presidente de España, Pedro Sánchez, quien ya ha sido inquilino de la residencia gubernamental de La Mareta. Antes que él, se alojaron en ella otros presidentes como Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, aunque quienes más han frecuentado la vivienda son los miembros de la Familia Real. En todas esas ocasiones, Lanzarote acaparó titulares y ahora sucede lo mismo.
Quienes aquí vivimos actuaremos como siempre, procurando respetar el descanso y la intimidad del presidente y su familia con el sincero deseo de que el tiempo acompañe para que puedan disfrutar plenamente del mar, las playas, la gastronomía, los paisajes y los lugares de interés turístico. Más adelante, volveremos a sentir el orgullo a flor de piel cuando le oigamos hablar bien de Lanzarote y exprese su intención de regresar pronto a la isla.
¿Cómo no vamos a sentirnos orgullosos? Pensemos que la pandemia provocó una caída de un 70% en el turismo y perdimos más de dos millones de visitantes el año pasado, ocasionando un desplome de casi 30 puntos en el Producto Interior Bruto insular, la clausura de establecimientos alojativos, la desaparición de una de cada diez empresas, el aumento del paro por encima del 25 por ciento, y que gran número empresas y trabajadores se acogieran a Expedientes de Regulación Temporal de Empleo.
Cuando parece que ya hemos pasado lo peor, tenemos depositadas nuestras esperanzas en que la vacunación siga progresando para que el turismo se recupere cuanto antes y podamos alcanzar los niveles de actividad económica y empleo anteriores a la pandemia. Todo suma para que podamos alcanzar ese objetivo, incluido que el presidente haya escogido Lanzarote para descansar durante unos días.
Por eso, la sola presencia de Pedro Sánchez la percibimos como un gesto de afecto y apoyo hacia Lanzarote y Canarias tras el duro castigo al que nos ha sometido el coronavirus. Un afecto y apoyo que estoy segura se verá materializado con el firme respaldo del presidente de España en la senda de la recuperación y transformación de Lanzarote en los próximos años.