jueves. 21.11.2024

Entusiasmo, la mejor puerta de una escuela

Observando y reflexionando hoy, recordaba, mirando mis fotos,  a algunos de mis profesores, con algunos esbozo una sonrisa y  con otros , aún siento algún malestar. Hoy, como docente que soy, veo que somos un referente para nuestros alumnos, y lo importante que es, lo que trasmitimos y como lo trasmitimos.

Somos personas y también nos equivocamos, debemos saber manejar nuestras emociones y pensamientos, es importante trasmitir de una manera congruente.

Comunicar y llegar a cada alumno de manera individual, es tarea ardua, pero satisfactoria. En el año 2.000 Howes, Phillipsen y Peisner, muestran la importancia; de las interacciones de los niños, con sus profesores y como influyen en cursos posteriores, atenderlos en la singularidad, es difícil, cuando en una clase hay 20/ 25 alumnos, cubrir la parte curricular y atenderlos uno a uno es muchas veces imposible.

José Ignacio Moreno nos anima, a que hay que ilusionar al niño con la asignatura, conocerla y explicarla de tal forma; que despertemos su curiosidad, ayudarlos a que trabajen cooperativamente, que expongan y que con esas exposiciones, desarrollen su creatividad, necesitan ánimo en el aprendizaje para que les sea, atractivo aprender.

Los medios de comunicación, a veces se centran en esas noticias alarmantes, que venden, algo negativo, se hace lo único importante,  no nos olvidemos que hay muchas familias que también lo pasan mal con sus hijos, me pregunto; ¿no sería buena idea, ayudar a las familias? Desde los servicios sociales, trabajar concienzudamente averiguando, los problemas que se cierran en algunos hogares, muchos padres jóvenes están desorientados y eso lo notamos en el aula, la familia es un punto clave, conjuntamente con nosotros, para que esos niños y niñas, vengan al colegio con mayor entusiasmo. La base, son los padres, ellos son insustituibles.

Los niños son reflejos de sus familias, a veces víctimas, y eso hay que tenerlo en cuenta, aprobados, suspensos; detrás de esas calificaciones hay historias y frustraciones, el mejor en calificaciones, muchas veces no es un adulto feliz.

Metlich, afirma: “si no consideras, las emociones, en el proceso de aprendizaje, estás perdiendo el tiempo al enseñar”, de ahí la parte familiar, niños que vienen de familias con una problemática, emocional, no podrán aprender, las palabras les llegan y resbalan, como si  de un trampolín se tratase. La mejor manera de estimular la plasticidad del cerebro, es en edad temprana; conseguir su estimulación, para un excelente aprendizaje.

Esa es mi idea, hoy, REFORZAR A LAS FAMILIAS; ayudarlos para que ellos a su vez, desde casa; puedan trasmitir alegría a ese niño, que cada mañana atraviesa la puerta del colegio con la mirada perdida, y sin ganas. 

Siempre tengo presente, mi estancia en Rusia, y las miradas de aquellos niños sin familias,  no necesitaban ser traducidas. En mi hogar tuve a ese niño perdido, por el desarraigo familiar, una lucha encarnizada; devorar información, para entender comportamientos, y la realidad no estaba en que tenía que aprender alemán; chino y practicar en un laboratorio de lujo, la respuesta era otra muy diferente, los nexos familiares no existían y su cerebro no estaba estimulado, no había apego y con ello una inhibición emocional. 

Hoy miro atrás, y recuerdo el pavor que sentía, en los colegios, no me daban respuestas, querían un sobresaliente y un lumbrera, pero yo solo quería que llegara a esa escuela con cara de felicidad. Los años me dicen que el calor, la atención en casa, hoy tienen un resultado, es un chico con una formación, que muchos dudaban que consiguiera, pero lo consiguió, no todos los docentes llegaron a entenderlo, pero recuerdo y recordaré siempre, a dos, en particular, agradecida a José Rueda, un gran docente, que  llegó a mi vida como esa agua de mayo. Jose pudo ver tras los cristales rotos, que había una hermosa rosa. Pilar con toda su paciencia, me daba seguridad en ese tramo profesional y aún más difícil, logró devolverle su confianza en esa última etapa.

Compañeros, indaguemos en el fondo y cuando se solucionen las vidas familiares, veremos a niños que serán, ojos con luz. Hablo como docente y madre, ambas cosas, y mi experiencia, me ha hecho llegar a esta teoría. En el barco vamos muchos, pero si el timón falla, ni la tabla del 9, ni las palabras agudas serán aprendidas. David Bueno, genetista y divulgador sobre neurociencia,  maravilloso profesional, nos recuerda: “Lo que no se aprende en primero, se aprenderá en segundo. El aprendizaje en la infancia se debe tomar con calma, para no entorpecer al cerebro”

Entusiasmo, la mejor puerta de una escuela