En las últimas semanas nos estamos enterando por la prensa de las intenciones de las administraciones educativas de reducir la distancia de seguridad en las aulas y del posible incremento del número de alumnos por aula, circunstancia que llevaría al paro a los cerca de 40.000 docentes de refuerzo incorporados con motivo de la pandemia.
El enterarnos por los medios de comunicación de todo esto demuestra la falta de voluntad negociadora por parte del Ministerio de Educación.
En los últimos diez años, coincidiendo con la anterior crisis económica y los recortes en las CCAA, las plantillas se vieron mermadas con 16.922 docentes, empezando a recuperar parte de estos solo en el último curso.
Además, desde CSIF abogamos por inversiones finalistas procedentes de los fondos europeos, que permitan ampliar las plantillas en el curso 2021-2022, reducir los horarios lectivos y mejorar, en definitiva, la calidad de la enseñanza.
Todo esto contrasta con la cantidad de 'amiguetes' o 'enchufados'(como se quiera decir), que proliferan por las dependencias de las consejerías de Educación y que suelen desempeñar tareas administrativas propias de otro tipo de empleados de la Administración.
A estos 'amiguetes' y 'enchufados' frecuentemente se les 'rescata' del aula y se les acomoda, sin transparencia alguna, en despachos de los distintos locales de Educación (incluidos los CEP) como coordinadores o jefes de la 'orgía' de programas que existen, la mayoría de ellos vacíos de contenido y con dinero público por medio.
No sobran docentes, sino asesores, 'amiguetes' o 'enchufados'
Por una enseñanza pública de calidad.