Llevamos dos años viviendo una situación compleja que a escala emocional y psicológica nos ha dejado huella. Es ahora cuando debemos mirar hacia lo que ha pasado y contribuir dentro de nuestra singularidad a un mañana mejor y más resiliente. Es indudable nuestra determinación como pueblo en la solidaridad y el buen hacer.
Los retos que vendrán no serán pocos y las personas que conformamos la isla de Lanzarote que es hoy, hemos pasado por sucesos que mirados con la perspectiva del tiempo, nos dan a entender una verdad, somos un pueblo que progresa al son de la construcción de la comunidad. Desde los inicios de la contemporaneidad isleña allá por el año 1811, la isla ha vivido muchos procesos. Sé que la perspectiva histórica muchas veces es abrumadora, pero si algo nos define como sociedad es la construcción de nuestra propia visión, muchas veces cargada la misma de tensiones que hemos solucionado como mejor sabemos hacer: trabajando duro para dejar un mañana mejor.
Estemos donde estemos de la isla siempre vamos a ver otros pueblos, otras islas, otras realidades que se posicionan en frente nuestra y es precisamente esa visión anclada en el continuo mirar el horizonte, la que define nuestras maneras de proceder en este territorio frágil que no son otras que la innovación y la adaptación.
Lanzarote se modula para solucionar las necesidades de este nuevo tiempo enmarcado en una crisis sanitaria sin precedentes, pero también con la urgencia de la emergencia climática que vive el planeta.
Este 2021 ha resultado en medidas importantes para el futuro de la isla tales como: la implicación de las administraciones en la mejora de la sanidad por medio de la activación de los procesos necesarios para la construcción de nuevos centros de salud. El crecimiento de la instalación de las energías renovables en nuestra isla se está acelerando para vislumbrar un futuro sin combustibles fósiles. Se está volviendo a invertir en investigación tanto científica como arqueológica para seguir pudiendo mirar al futuro, pero también al pasado. Aunque el transporte público y sostenible en la isla sea un problema titánico se está avanzando mucho en accesibilidad e inversión. La isla vive un auge de su actividad cultural y educativa haciendo cada vez a estas menos elitistas. Hay muchas más cosas en las que centrarse pero en definitiva, se sigue abriendo un tiempo donde los cambios seguirán adelante provocando una mejora en Lanzarote. Nuestra isla tiene algo que muy pocos lugares tienen, una solidaridad increíble y es precisamente esa tendencia hacia el altruismo, la que hace que los servicios sociales y la atención a aquellas personas que menos tienen se vaya incrementando.
Hay muchas problemáticas como el desgobierno de Arrecife y las malas prácticas que se siguen rigiendo en algunos sitios, pero se trata de mirar el futuro con esperanza y de verdad creo, que Lanzarote está volviendo a soñar con un futuro al que nunca tuvo que dejar de mirar.
Les deseo un Feliz 2022. Cuídense mucho y de corazón, ilusionémonos con el mañana.