jueves. 21.11.2024

Una vida que salvará muchas otras

Hace solo unos días, los medios locales informaban de que el cuerpo sin vida de un submarinista había sido recuperado en los alrededores de Playa Chica. Los detalles del suceso no fueron publicados, por lo que la incertidumbre llevó a una gran preocupación a muchos de nosotros. Casi todos los que residimos en la isla somos o conocemos gente apasionada por el mundo subacuático en cualquiera de sus modalidades.

Muchas preguntas continúan todavía en el aire. ¿Qué sucedió aquella mañana? ¿Por qué hemos de lamentar una nueva muerte en nuestras aguas? ¿Qué podemos hacer para evitar que esta situación se repita? ¿Qué debemos aprender de tan desafortunada tragedia?

Como instructor profesional, deportista (DAN) de Apnea y un apasionado del mar, han pasado por mis manos cientos de personas interesadas en descubrir sus capacidades acuáticas, por lo que este suceso me provocó una enorme tristeza y despertó en mí la necesidad de aclarar ciertas cuestiones alrededor de este terrible accidente. Siento la responsabilidad de concienciar respecto a una práctica responsable del buceo a pulmón, y gracias al apoyo y consentimiento de los familiares de la víctima, intentaré exponer de la manera más clara y sencilla los elementos que desencadenaron este trágico accidente y muchos otros, con el fin de prevenir que un suceso tan triste se repita. El mar, pese a la calma que nos transmite y lo mucho que podemos disfrutar de él, también es un entorno que entraña ciertos riesgos cuando no tenemos el suficiente conocimiento o preparación. Como en tantos otros contextos de la vida, una buena práctica pasa por una correcta formación y educación.

Hernán tenía solo 18 años. Era un joven lleno de vida y amor por su gente, valiente, que perseguía sus sueños. El mar era una de sus mayores pasiones y decidió estudiar Actividades Subacuáticas e Hiperbáricas, donde aprendía la profesión de buzo. Gozaba de una buena forma física y practicaba varios deportes. Últimamente, le llamaba la atención la práctica de pesca submarina. Aunque bucear sin botella era algo muy nuevo para él y no tenía formación en ese campo, esto le hacía sentir muy libre. Pese a lo que la mayoría de la gente puede pensar, la práctica del buceo con botella y el buceo libre son modalidades completamente diferentes y que exigen una formación específica. Aquella mañana cogió sus aletas y se acercó a la zona de Playa Chica con muchas ganas. El sol brillaba y las condiciones eran ideales. ¿Qué podía salir mal? Él se encontraba en su medio, jugando. Se sentía fuerte y con confianza.

Y ocurrió lo que nadie esperaba ni desearía. Bien por la excelente visibilidad de las aguas aquel día o por la confianza con la que se encontraba después de algunos buceos menos profundos, Hernán hizo una bajada a un fondo exigente. Solo, sin la formación, ni el equipo adecuado. Llegó a la superficie con niveles muy bajos de oxígeno y perdió el conocimiento. Al no llevar traje de neopreno ni tener a nadie a su alrededor, se hundió, por lo que nadie en aquel momento fue consciente de que necesitaba ayuda.

Como muchos otros jóvenes -y no tan jóvenes- aquel día Hérnan asumió ciertos riesgos innecesarios y no supo valorar correctamente las consecuencias que sus actos podían causar. Sin embargo, este fatal accidente nos da una nueva oportunidad de actuar de forma más responsable de ahora en adelante y replantearnos la manera en la que afrontamos ciertas actividades.

El buceo a pulmón es, obviamente, un deporte de riesgo, pero practicado de forma correcta es extremadamente seguro. Precisamente por los riesgos que este entraña, nos tomamos la seguridad como el aspecto más importante a la hora de llevar a cabo nuestra actividad favorita. Solo siendo muy estrictos con la forma en la que lo practicamos, logramos sentirnos totalmente relajados cuando realizamos dichos buceos y apneas. No menos importante es la forma en la que transmitimos y educamos a aquellas personas interesadas en esta actividad. Contener la respiración es una oportunidad fascinante de conectar con el mar y de profundizar en nuestro ser. No obstante, cuando se realiza de forma irresponsable y descuidamos la seguridad, esta puede tener consecuencias fatales.

Para los que sentís curiosidad por esta actividad, la mejor manera de empezar y de conseguir disfrutar de la experiencia, siempre va a ser eligiendo un profesional con la formación, valores y experiencia que la ocasión merece. Por otro lado, para aquellos que ya bucean a pulmón de forma aficionada, me gustaría recordar algunos puntos clave que debemos tener muy presentes en cada salida. No obstante, esta información es muy básica y no te exime de la responsabilidad de formarte a través de un curso oficial para una práctica responsable y adecuada de la apnea.

1. Nunca bucees solo.

La apnea es como cualquier otra actividad: Hacemos un esfuerzo y este consume energía. La gran diferencia es que sólo disponemos de una cantidad limitada del oxígeno, ya que no estamos respirando. Cuando nos excedemos en el buceo -algo muy poco común cuando la persona tiene formación de apnea-, corremos el riesgo de perder el conocimiento momentáneamente. El cerebro “se apaga” con el fin de optimizar el oxígeno disponible, y perdemos temporalmente la conciencia. A este proceso se le denomina síncope, y en la gran mayoría de casos se da al llegar a la superficie o muy próximo a ella. En el caso de Hernán, fué precisamente un síncope el detonante de su muerte. Si tan solo hubiera estado acompañado, su compañero hubiera visto que estaba en apuros al llegar a la superficie y le hubiera reanimado. La forma más efectiva de recuperar a un apneista que acaba de quedar inconsciente consiste en asegurar sus vías respiratorias -boca y nariz- fuera del agua, quitar la máscara y después soplar en la cara, tocar y hablar a la persona inconsciente. El apneista recuperará el conocimiento habitualmente en unos segundos y ambos saldrán del agua por sus propios medios. UN SÍNCOPE NUNCA FORMARÁ PARTE DE LA PRÁCTICA RESPONSABLE DEL BUCEO A PULMÓN Y REQUERIRÁ ATENCIÓN MÉDICA.

2. No hiperventiles.

Esto significa que antes de un buceo no debes acelerar ni modificar tu ritmo natural de respiración. Una preparación segura consiste en inhalar y exhalar de forma relajada y natural. Esto permitirá que tu cuerpo esté químicamente balanceado y que los mecanismos fisiológicos que te avisan de que has consumido una parte de tus reservas de oxígeno durante la apnea funcionan correctamente, por lo que tus buceos estarán dentro de tus límites.

3. No exhales durante tus buceos.

A medida que la apnea avanza, los niveles de CO2 aumentan y tu cuerpo te pide que vuelvas a respirar. Esto es normal, y por suerte todavía tienes mucho oxígeno disponible para volver a la superficie. Aunque exhalar hará que te sientas más ligero, estarás soltando mucho oxígeno valiosísimo para tu cuerpo. Además, tener los pulmones llenos te dará flotabilidad en los últimos metros del ascenso por lo que todo será más fácil y seguro.

4. Ningún pez vale una vida.

La pesca submarina es la responsable de la mayoría de las vidas que se pierden realizando actividades subacuáticas. Parte de la responsabilidad recae en las autoridades, que no exigen ni ofrecen una formación específica para obtener la licencia. Por un lado, la pesca a pulmón es una actividad única, que propone un reto precioso para aquel que la practica. Te encuentras rodeado de agua y vida marina, contienes la respiración y utilizas tus capacidades y un fusil para intentar capturar el pez que deseas compartir con tu familia o amigos. Por otro lado, toda esta emoción lleva muy a menudo al pescador a asumir riesgos completamente innecesarios, con la justificación de que podemos obtener un premio a cambio. Si a esto le añadimos que vamos cargados con un fusil, que a veces la captura se resiste y que podemos incluso llegar a enredarnos con nuestro propio material, los riesgos son mucho mayores que en cualquier otra disciplina de apnea. Además de todos los puntos que acabamos de nombrar y la formación, prudencia, calma y mucha responsabilidad son tus mejores amigos si deseas practicar la pesca submarina de autoconsumo. Piensa en los que están esperándote en casa antes de seguir acechando a ese pez.

Conclusión:

El buceo recreativo a pulmón bien practicado es muy seguro y natural para el ser humano. Es como darse un paseo, pero bajo el agua. Aprender no es complicado, siendo un proceso similar al que quiere aprender a conducir. Naturalmente, hemos de elegir un profesional que nos guíe para no ponernos en riesgo y que nuestra práctica y hábitos sean responsables. Requiere algo de tiempo, conocimiento y práctica, pero todos podemos hacerlo. De esta forma, seremos capaces de disfrutar del mar con mucha libertad, tranquilidad y seguridad.

Viviendo en esta maravillosa isla, todos deberíamos relacionarnos con el mar de una forma u otra. Desde aquí animaría a todo el mundo a ponerse, al menos una vez, máscara y tubo, para que conozcan desde la superficie y respirando, las cosas tan increíbles que el mar esconde bajo su manto. Y si el cuerpo les pide más, nada más importante que la formación. Si tú ya estás concienciado, asegúrate de que los que te rodean también lo están.

Un saludo y muchos buceos seguros a todos.

Una vida que salvará muchas otras