Me referiré solamente a Canarias, volcánicas islas desde donde escribo.
La escasa xenofobia que existe en Canarias y en España, se debe a los mensajes mendaces del odio
En estas islas, por haber sido en una paradoja histórica, a la vez foco de írradiación y polo de atracción de migración, siempre, y ahora también, ha sido natural que gente canaria vaya y venga por esos mundos “pa’fuera”, y que haya gente de fuera que quiera ser canaria. Y que otras personas pasen por las islas, de paso a otros destinos. A nadie rechazamos. La xenofobia repugna en Canarias. La xenofobia es un elemento contrario a nuestra sensibilidad. Tanto es así que el pueblo canario, que no rechaza al extraño, ha acuñado un término específico, el de “godo” para señalar a quien nos traiciona. Por su proceder, no por su procedencia. Nunca en Canarias hemos ajuliado al extranjero que venga con la intención de compartir nuestras fortunas y nuestras tribulaciones.
Pero, en todas partes hay quien pretende aprovecharse. Y la migración ofrece, en todas partes, y también en Canarias, una oportunidad de oro, nunca mejor traído el término. Con la represión de la migración se consiguen dos objetivos, a cual más malvado. Uno, que las empresas desaprensivas dispongan de mano de obra sumisa y barata. La otra, el poder utilizar la presencia de esa masa de personas acosadas sin defensa, como palanca de chantaje a las trabajadoras y los trabajadores.
Pero, para que eso sea posible, intentan contrarrestar el espontáneo sentimiento acogedor y solidario del pueblo canario. Por eso destilan las calumnias, las acusaciones, las falsedades. Sin embargo esa estrategia ha cosechado un monumental fracaso. La migración, a pesar de amenazas, de campañas de criminalización y de huelgas de hambre de tres horas, no cesa. Ni cesará, mientras existan sociedades más favorecidas que otras. Una realidad que ya conoce la gente que supuestamente se opone a la migración. Lo que ocurre es que esta gente no quiere que cese la migración. Todo lo contrario. El racismo xenófobo busca mantener la demonización y represión de las personas migrantes y del mismo fenómeno de la migración. No desean que desaparezca ni decrezca la migración para poder aprovecharse de ella.
Contra esto, hay que decir una vez más. La migración siempre ha beneficiado a los pueblos que la reciben, además de ser una cuestión de justicia. Y, cuando se trata de poblaciones envejecidas, como las europeas y la canaria, la migración es necesaria, imprescindible. La gente racista xenófoba siempre habla mendazmente de que la migración agrede el mercado de trabajo. Pero calla el hecho innegable de que el desempleo es propiciado por las mismas oligarquías empresariales desaprensivas, con idénticos motivos de extorsión a la población laboral.
El guineo exasperante de la gente al servicio de las oligarquías empresariales miente, intentando azuzar el odio xenófobo. No es cierto que la gente migrante sea tratada humanitariamente como debe ser. Es falso que se aloje a migrantes en hoteles o que se les pague nada. No aumenta la criminalidad ni la violencia, por la migración. Todo es una vil patraña montada para soliviantar a la gente canaria, intentando sorprender su buena fe. Pero no lo consiguen. La prueba es el ridículo que cosechó la manifestación contra la migración convocada en Lanzarote el 2 de octubre, a la que no acudió mas de una docena de personas, La exigua nómina de militantes y simpatizantes de Vox.