El vicepresidente canario y consejero de Hacienda, Presupuestos y Asuntos Europeos, Román Rodriguez, animó a la población a mantener las medidas de prevención contra el Covid-19 para lograr rematar al virus e iniciar la remontada económica y la recuperación social del Archipiélago, lo que pondría suceder en un plazo de unos 90 días, en línea con la marcha de la vacunación.
Rodríguez, que clausuró hoy el foro “Canarias tras la Covid-19”, organizado por El Español, Invertia y Diario de Avisos, destacó el ejemplar comportamiento de los canarios durante toda la crisis, que ha permitido a las Islas mantener uno de los perfiles epidémicos más bajos de España y de la Unión Europea. “Si mantenemos idéntico rigor en estos próximos 60 o 90 días, creo que podremos rematar al virus con la inmunidad colectiva y dar por iniciada la recuperación”, dijo.
Una recuperación que, en todo caso, pasará en primer lugar por la reactivación de la conectividad aérea del Archipiélago con suficientes frecuencias y a precios razonables, para lo cual es también imprescindible que la vacunación vaya bien en los países emisores de turistas. Sobre este particular, el vicepresidente advirtió de la necesidad de abaratar el precio de los billetes entre Canarias y la Península.
Rodríguez explicó que las diferentes administraciones públicas han librado una enorme e inédita cantidad de recursos para combatir sanitariamente la crisis y contribuir a la recuperación económica, pero insistió en que su objetivo final debe ser que la iniciativa privada recobre el músculo perdido durante estos últimos meses.
El vicepresidente se felicitó por los fondos ordinarios -presupuestos de la UE, del Estado y de la Comunidad Autónoma- y extraordinarios -ReactEu y Mecanismo de Recuperación y Resiliencia- que percibirá Canarias, si bien reiteró su preocupación por el recorte de los plazos aplicados por el Gobierno de España para ejecutar los proyectos del citado Mecanismo.
Además, Rodríguez puso en valor los 1.309 millones de euros que distribuirá Canarias en ayudas directas para empresas, pymes y autónomos, una cantidad que equivale a 3.5 puntos del Producto Interior Bruto (PIB) del Archipiélago.
Con la suspensión de las reglas fiscales y la deuda, el peso del sector público en Canarias llega al 25 por ciento del PIB, un dato provisional porque vendrá una consolidación fiscal, “que intentaremos que no sea en 2022”, dijo Rodríguez,.
Todas estas herramientas habrán de ponerse al servicio de la recuperación económica, “pero también hemos de aprovechar esta oportunidad para repensar algunas cosas”, dijo el vicepresidente, quien recordó los déficit estructurales del Archipiélago antes de que llegara el Covid-19. “Hemos sido uno de los territorios más golpeados por la crisis dada nuestra exposición al sector turístico, pero antes de la pandemia ya teníamos problemas graves, a los que es preciso poner fin”:
A este respecto, recordó como la economía canaria ha ido divergiendo de la española en magnitudes como el PIB per cápita, que en el año 2000 estaba casi en la media (97,8 por ciento), mientras que el año 19, antes de la crisis del Covid, bajó al 82 por ciento. La previsión de cierre del año 2020 es apenas el 72% con respecto a la media del Estado.
De igual modo, desde el año 2008 Canarias no ha bajado del 35 por ciento de la población en riesgo de pobreza o exclusión social, alcanzando incluso el 44,6 por ciento el año 2016.
Los índices de paro también han experimentado un crecimiento importante en estas dos décadas, cuando hubo algún momento a principios de siglo en el que la tasa en Canarias era inferior a la del Estado.
El vicepresidente dijo que esta situación se puede explicar por razones demográficas y por razones estructurales. En cuanto a la demográfica, precisó que el año 2000 Canarias tenía 1,71 millones de habitantes y que hoy tiene 2,2 millones. Es decir, en solo veinte años la población se ha incrementado en 528.000 personas, más de medio millón: un 30,8 % más, frente a un 16,9% de la media española. En cuanto a las sistémicas, indicó que pueden ser consecuencia de la terciarización de la economía canaria, que genera precariedad, con salarios por debajo de la media y una tremenda fragilidad ante las crisis que afectan a la actividad turística.
Control de la inmigración
De cara al futuro, Rodríguez también apuntó dos retos que se antojan fundamentales. Por un lado, la gestión del fenómeno migratorio, con la necesidad de una política común de la Unión Europea y el Estado español que asuma que estos problemas no se pueden dejar en manos exclusivamente de los territorios fronterizos; una acción que debe integrar las acciones en origen, la seguridad para el tránsito, condiciones digna de acogida y derivaciones transparentes, Por otro lado, el empleo juvenil, “que será la gran tarea económica de los próximos años”.