El diputado del Grupo Nacionalista Canario, Mario Cabrera, ha lamentado este martes que las siglas y colores políticos impidan al Gobierno de Canarias exigir al Estado su compromiso y responsabilidad con los más de 5.000 inmigrantes irregulares que han llegado este año en pateras y cayucos, “arriesgando su propia vida y a los que no se les ha atendido con la dignidad que merecen”.
La inmigración no es un fenómeno nuevo, lo que es nuevo “es la desidia del Gobierno de Canarias que no ha sabido plantarse ante el Gobierno del Estado para activar los mecanismos para establecer convenios con los países africanos de origen, para exigir a Europa una repuesta común y para dotar con medios a las instituciones canarias que les permitan dar una atención digna, y evitar la vulneración de los derechos humanos como hemos visto estos últimos meses”.
Así se hizo en la anterior crisis migratoria en 2006, cuando un gobierno nacionalista, liderado por Adán Martín, se plantó ante el estado, y junto con el delegado del Gobierno lograron compromisos que hicieron posible avanzar en el control de la frontera y en la atención a las personas, así como reforzar los lazos de cooperación con los países africanos, para evitar las mafias que se lucran con esta situación.; política que se continuó con los gobiernos de Paulino Rivero.
Si bien es verdad que el consejero de Administraciones Públicas negó que Mario Cabrera hiciera propuestas, en su intervención enumeró las principales, como “garantizar el total funcionamiento del SIVE, elaborar un plan de Acogida e intervención, un programa de lucha contra la xenofobia, la convocatoria del Foro canario de inmigración y la elaboración del plan estratégico de recursos e infraestructuras que permita dar una respuesta permanente ante la incidencia de la inmigración”.
Propuestas, experiencia y hoja de ruta es lo que hemos propuesto al Gobierno de Canarias “cuya improvisación es la que, precisamente, está generando alegatos xenófobos en una sociedad en la que no se daban, que no fue xenófoba en otros episodios donde las administraciones estaban más implicadas y daban mejor respuesta”.