Hasta el lugar se desplazó una patrulla de la Policía Nacional que se entrevistó con la perjudicada. Ésta manifestó a los agentes que tenía alquilada la vivienda desde que a principios de mes llegó para trabajar a la isla. Además de pagar una fianza de 300 euros, abonó a su arrendador 250 euros en concepto de mensualidad del alquiler.
Comentó a los policías nacionales que había decidido mudarse el próximo mes a otra vivienda y por ello dio avisó al casero, cumpliendo el preceptivo plazo estipulado en el contrato de 15 días de antelación. Así mismo le comentó al mismo, que debería en su momento reintegrarle la fianza.
La mujer observó una actitud esquiva por parte de su arrendador, el cual dejó de contestarle las llamadas.
Al regresar a su domicilio comprobó que habían cambiado la cerradura de la puerta de acceso al mismo. Tras lograr contactar con su casero éste le manifestó, que la había cambiado él porque no la quería en su casa.
Los agentes policiales comprobaron todos los extremos y localizaron al arrendador, el cual facilitó una llave a los funcionarios policiales para permitir el acceso a la vivienda de su inquilina y fue detenido como presunto autor de un delito de coacciones.
Instruido el correspondiente atestado policial, fue remitido a la Autoridad Judicial competente. La intervención policial fue llevada a cabo por agentes de la Policía Nacional de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana y de la Comisaría Distrito Norte de Las Palmas de Gran Canaria.