Los vertidos de aguas fecales del pozo negro de una vivienda cercana a la cueva de Villaverde al interior del tubo volcánico han interrumpldo la tercera campaña de investigación arqueológica que se está desarrollando en la zona. Se trata de un problema que viene de lejos y que en 2018, cuando se retormaron los estudios que llevaban estancados desde 1988, “nos marcamos como objetivo prioritario porque supone una degradación para un yacimiento tan importante", destacó la arqueóloga de Arenisca, Rosa López, en una entrevista este lunes en Cope Fuerteventura.
Desde el Ayuntamiento de La Oliva, asegura, se están acelerando las acciones para poner fin a esta situación cuanto antes y se prevé que para mediados de este mes se pueda solucionar y retomar, por tanto, los trabajo en el interior de la cueva.
Los aborígenes transforman el medio
Rosa no esconde su pasión por descubrir nuevos vestigios que permitan dar cuenta de cómo era la vida aborigen y se retrotrae al siglo V al que pertenecen los restos más antiguos constatados con la técnica actual para dibujar una sociedad que se agrupaba en clanes, cuyo núcleo era la familia y que vivía en casas agrupadas. Aborígenes que trabajaban la piedra para elaborar utensilios cotidianos y que no solo conocían y se adaptaron al medio sino que también lograron transformarlo.
La cabaña ganadera, conformada principalmente por cabras, traída del continente vecino supuso un impacto en el medio que afectó de forma importante a la vegetación, “el manto vegetal sería mucho mayor que el que tenemos”, apunta Rosa, y también habría ejemplares de árboles en las zonas altas y húmedas como el pino canario, la laurisilva o el acebuche. El entorno se fue transformando “los aborígenes lo domesticaron en su interés por sobrevivir”, recalcó.
La existencia de grandes bloques de piedra desvelan que se trata de un lugar de interés, de un espacio importante para la comunidad aunque todavía quedan muchas dudas por despejar para conocer cómo eran y cómo vivían los antiguos habitantes de la isla. Cabe destacar, además, que también se están desarrollando excavaciones en la Isla de Lobos que corresponden al período romano y que aportarán mayor conocimiento a la historia de La Maxorata.
Un patrimonio para divulgar
Rosa López insistió durante la entrevista en el gran interés de la población de Fuerteventura por conocer su pasado y d cuenta de las jornadas de puertas abiertas, ahora interrumpidas por la Covid, para divulgar la información. En esta línea, puso de manifiesto la intención de la corporación de La Oliva, “también del gobierno anterior”, de poner en valor el yacimiento con visitas al público. Asimismo, dio cuenta de la próxima puesta en marcha de un campus semipresencial de Arqueología y Antropología durante el mes de octubre, en colaboración con la asociación de Antropología de Canarias.