La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias ha registrado este miércoles 6.769 nuevos casos de coronavirus COVID-19. El total de casos acumulados en Canarias es de 201.899 con 75.716 activos, de los cuales 70 están ingresados en UCI y 513 permanecen hospitalizados. En las últimas horas se ha notificado el fallecimiento de seis personas, cuatro mujeres y dos varones, de entre 62 y 87 años. Del total, cuatro personas fallecieron en Tenerife, una en Gran Canaria y otra en Lanzarote, todas se encontraban en ingreso hospitalario y presentaban patologías previas.
La Incidencia Acumulada a los 7 días en Canarias se sitúa en 1.420,21 casos por cada 100.000 habitantes y a los 14 días en los 2.629,56 casos por 100.000 habitantes. Por un error en la carga de datos del portal de Grafcan, la IA a 14 días no se actualizó correctamente ayer, error que quedó subsanado desde el día de hoy.
Por islas, Tenerife suma 3.431 casos con un total de 99.422 casos acumulados y 38.281 casos activos epidemiológicamente; Gran Canaria cuenta con 71.718 casos acumulados, 2.123 más que el día anterior y 26.127 activos. Lanzarote suma 536 nuevos casos con 14.402 acumulados y 5.171 activos epidemiológicamente; La Palma suma 305 nuevos positivos por lo que tiene 4.706 acumulados y 1.638 activos. La Gomera suma 37 nuevos casos, por lo que tiene 1.166 acumulados y sus activos son 255 y El Hierro suma 28 nuevos positivos, por lo que sus acumulados son 883 y tiene 146 casos activos.
Hasta este miércoles se ha realizado un total de 2.906.781 pruebas diagnósticas en las Islas, de las que 17.669 se corresponden al martes.
Tras el cambio en la Estrategia Nacional de Detección Precoz, Vigilancia y Control de la COVID-19 que se produjo a finales de diciembre y ante la situación de alta transmisión en toda España, el Ministerio de Sanidad ha acordado con las comunidades autónomas no notificar brotes por COVID-19, toda vez que el cambio en la Estrategia responde a la necesidad de priorizar la atención sanitaria de la población vulnerable, la detección y seguimiento de este sector de población de mayor riesgo.
El objetivo es que los sistemas sanitarios tengan capacidad para diferenciar entre la atención a las personas que presenten enfermedad grave por COVID-19 de los que presenten síntomas leves, que realizan cuarentena en domicilio sin precisar asistencia sanitaria.