El Cabildo de Fuerteventura, a través de la Consejería de Patrimonio Histórico, ha aprobado el proyecto integral de conservación, consolidación y restauración de la zona conventual de Betancuria. Esta acción forma parte de un convenio suscrito entre la Corporación insular y la Diócesis de Canarias, abarcando el área integrada por los restos de la iglesia conventual, la zona ocupada por el antiguo convento y la ermita de San Diego.
El área de Patrimonio Histórico del Cabildo ha informado positivamente y autorizado la actuación este miércoles, día 5 de octubre, una vez que la iglesia le ha hecho llegar los proyectos definitivos y toda la documentación requerida.
El presidente del Cabildo, Sergio Lloret López, destaca el valor del convento franciscano de San Buenaventura como uno de los enclaves históricos de mayor importancia del archipiélago y que son testimonio de los acontecimientos históricos de la Villa Histórica de Betancuria.
Para el consejero del área, Rayco León, es importante impulsar estas acciones para que puedan iniciarse cuanto antes los trabajos de restauración, conservación e investigación necesarios de cara a consolidar un espacio de extraordinario valor patrimonial, primer asentamiento franciscano de Canarias.
Con una inversión de 300.000 euros, esta colaboración entre el Cabildo y la Diócesis de Canarias permitirá frenar el deterioro de la zona y convertirla en un espacio cultural y visitable para los miles de residentes y turistas que recibe el Conjunto Histórico de la Villa de Betancuria cada año.
El proyecto incluye tres actuaciones o partes diferenciadas. Una arquitectónico dirigida a la conservación y consolidación de edificaciones existentes, otra de restauración de elementos pétreos como columnas, arcos, puertas y hornacinas, así como una excavación arqueológica consistente en un análisis estratigráfico de elementos que podrían formar parte de una iglesia primigenia.
El convento de San Buenaventura un templo sencillo, de mampostería, con cantería en los soportes. Es una obra mudéjar con elementos clasicistas, presentando planta en cruz latina, con doble brazo y cabecera plana por presencia de dos sacristías. Los únicos adornos que se conservan son dos pequeños retablos hornacinas de cantería labrada.
