La evolución de la pandemia en los próximos seis meses y el alcance de la respuesta que ponga en marcha la Comisión Europea a través del nuevo Fondo de Recuperación determinarán si España acaba solicitando fondos al Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede) conocido popularmente como el fondo de rescate, que tanto protagonismo obtuvo durante la crisis de 2018 -con su intervención en países como Grecia, Irlanda o Portugal y el propio sistema financiero español- y que, tras años olvidado, el coronavirus ha vuelto a poner de actualidad. Así lo ha reconocido este miércoles el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha comparecido en rueda de prensa junto al primer ministro italiano, Giuseppe Conte, quien había viajado previamente a Portugal para reforzar alianzas de cara a la cumbre de la Unión Europea (UE) de este mes para debatir sobre el Fondo de Recuperación.
«Lo que no tiene sentido es crear instrumentos y que luego nos de vergüeza utilizarlos», ha asegurado Sánchez en la información recogida por ABC.es. «Ojalá no nos veamos obligados a utilizarlo porque ello significará que hemos logrado controlar la pandemia. Pero va a depender de cómo evoluciona la pandemia en los próximos seis meses», ha insistido. El Mede ofrece préstamos que los países a su vez deben reembolsar, al contrario de lo que se está planteando con el Fondo de Recuperación, que ofrecería, de alcanzarse un acuerdo, transferencias directas a los Estados.
El presidente también se ha referido al fondo de ayudas al desempleo (SURE) y ha afirmado que va a permitir sostener empleos de sectores «muy dañados» como consecuencia del confinamiento como son el turismo, la hostelería, o la cultura, aunque ha remarcado que son sectores «muy competitivos». «Estos instrumentos son conquistas», ha aseverado.
En la misma línea se ha mostrado Sánchez en la rueda de prensa, en la que ha clamado por un acuerdo este mismo mes y ha asegurado que la respuesta que debe ofrecer Europa será «histórico» y dar un «paso inédito», de la magnitud de la «creación del euro o el mercado único». El primer ministro italiano, sin embargo, orientó su discurso hacia los argumentos que pueden atraer a los países que aún se muestran reticentes. «Está en tela de juicio el mercado único», dijo Conte, y argumentó que «si no se llega a un acuerdo, Europa perderá competitividad». Conte huyó en su discurso de la imagen de un eje Mediterráneo para evitar comparaciones con la última crisis de deuda y los entonces llamados PIGS (acrónimo con que despectivamente se hablaba de Portugal, Italia, Grecia y España) y apeló al interés común: «Europa tiene que actuar unida y volver a ser competitiva». «No podemos permitirnos dudar, hay que ser osados para contar con una respuesta que haga fuerte a Europa y redunde en el interés de todos».
El otro gran foco del día ha sido la posible elección de la vicepresidenta Nadia Calviño como presidenta del Eurogrupo y, en concreto, Sánchez ha sido preguntado sobre si este nombramiento podría incidir en la negociación sobre este Fondo de Recuperación. Según Sánchez, «no hay ningún tipo de ecuación en que estén mezcladas» las dos negociaciones, que son absolutamente independientes. Giuseppe Conte, por su parte, también ha aprovechado la ocasión para expresar su apoyo a la candidatura de Calviño y ha asegurado que es «una candidatura muy sólida que podría redundar en beneficio de todos» y no «por el hecho de que sea mujer, eso es solo un valor añadido», ha dicho,
Previamente, Sánchez había eludido detallar con cuántos votos favorables cuenta la vicepresidenta y ha dicho que prefiere «trabajar entre bambalinas» pero ha apuntado que por el momento cuenta con el apoyo de gobiernos progresistas y del Partido Popular Europeo, «lo que demuestra que reúne cualidades que son reconocidas por colegas que no tienen por qué ser de la familia socialdemócrata». Aunque sí había resaltado el hecho de que «cada vez haya más mujeres en puestos de responsabilidad» en Europa, lo que ofrece «una perspectiva distinta que me parece importante».