La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha recurrido a las cloacas del Estado durante el Gobierno del Partido Popular para evitar defender al vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, en la sesión de control al Ejecutivo en el Senado. Montero tuvo que responder a una pregunta de la senadora del PP, Sofía Acedo, sobre «si el Ministerio de Igualdad considera que visionar y custodiar imágenes e información íntima de una persona, sin su consentimiento, es una forma de violencia». Esta pregunta estaba relacionada con la tarjeta del teléfono móvil de la asesora Dina Bousselham, que trabajó con Pablo Iglesias, y que estuvo retenida por éste durante varios meses para protegerla, según dijo.
Según la información recogida por abc.es, Montero le respondió en su primera intervención al PP que estaban «haciendo acusaciones muy graves» y que «las lleven a los tribunales». La ministra pidió a los populares que se pusieran a trabajar y que «si tienen alguna pregunta sobre su ministerio estaré encantada de responderla».
La senadora popular le reprochó a Iglesias que«él decidiera por todas las mujeres»y se mostró indignada «por el silencio atronador de todas las feministas». Acedo acusó a Iglesias de «machista. Ni machitos, ni padres políticos que nos protejan a las mujeres» y afirmó que la situación de Montero le recuerda a la película «Durmiendo con su enemigo».
El Gobierno ha intentado esquivar esta tarde en la sesión de control al la ofensiva del Grupo Popular para que explique su posición ante el Caso Dina que afecta al vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias. Un escándalo en el que está involucrado el líder de Podemos, que retuvo durante meses y a sus espaldas una copia de la tarjeta del móvil de asesora Dina Bousselham que, al parecer, le fue robado, copia a la que tuvo acceso incluso antes que el comisario jubilado y en prisión provisional José Manuel Villarejo.
«Presunción de inocencia»
Los populares plantearon cuatro preguntas, dos de ellas dirigidas al vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias; una al ministro de Justicia, Juan Carlos Campo; y otra para la ministra de Igualdad, Irene Montero.
En sus primeras preguntas, los populares se centraron en las críticas de Pablo Iglesias contra los periodistas, sobre los que dijo que hay que naturalizar los insultos. La senadora María Salom sacó esta cuestión en su pregunta sobre «si el vicepresidente cree que el Gobierno aplica internamente todos los objetivos de la Agenda 2030». En este contexto, lo acusó de violencia de género y de representar «el machismo puro y duro»
El ministro de Justicia, como ha venido haciendo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defendió la «presunción de inocencia» de Iglesias, en respuesta a una pregunta del senador popular Francisco Martín Bernabé sobre «la opinión que le merece al ministro de Justicia la actuación de los fiscales en el caso Dina-Iglesias».
Campo le recriminó al senador popular la pregunta porque «no tiene opinión», ya que el parlamento controla la acción del Gobierno y no la justicia, a lo que Martín Bernabé le recordó que «el presidente del Gobierno ya dijo de quién depende la Fiscalía, pues ya está». Seguidamente, afirmó que ha sido el Gobierno el que «ha violado el principio de separación de poderes» y Pedro Sánchez el que «ha firmado el certificado de defunción».
Martín Bernabé aseguró que en este «cesto hay manzanas podridas» y que cada vez el olor es más «nauseabundo» porque la fiscal general del Estado no es «un compendio de neutralidad» y en este escenario surge el escándalo que afecta a Pablo Iglesias«. Por ello, subrayó que »frente a la Fiscalía patriótica« del Gobierno prefieren »la de toda la vida« y que espera que »Iglesias pueda terminar en el banquillo« y que el Caso Dina puede resultar »pura dinamita«.
El ministro de Justicia le reprochó al PP que no cree «en la autonomía del sistema fiscal, no cree en la Justicia. Ha dado por hecho elementos de un juicio paralelo» y que él «defenderá al Ministerio fiscal, hoy y siempre».
Por su parte, el portavoz del PP, Javier Maroto le preguntó a Iglesias sobre "la política de comunicación que va a seguir el vicepresidente" y protagonizó con él un duro enfrentamiento, tras afirmar Maroto que "la cloaca es el hábitat en el que se mueve como pez en el agua", y le recriminó que"naturalice el insulto" como medio de "amedrentar" a los periodistas que escriben informaciones que no le benefician.
El vicepresidente segundo se defendió respondiendo que nadie como el PP "ha atacado de manera tan vil y tal desvergonzada" la libertad de prensa, y ha amenazado periodistas. "¿De verdad que viene usted a hablar de libertad de prensa y de amedrentar periodistas? ¿Sabe lo que es amedrentar? Es lo que hacía la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría maniobrando para que algunos perdieran su trabajo. Atacar la libertad de prensa es untar con dinero a publicaciones afines y es hacer ruedas de prensa sin preguntas por plasma", señaló
Finalmente, denunció que "atacar la libertad de prensa" es lo que hizo el Gobierno de José María Aznar cuando, "después del peor atentado" en España, el del 11M, "los directores de los principales periódicos fueron convocados para mentirles sobre la autoría, porque tenía miedo de perder las elecciones". "Eso son ustedes, señores".