Pablo Iglesias tenía la clara intención de exprimir la vicepresidencia de Derechos Sociales y Agenda 2030 prácticamente hasta el arranque oficial de la campaña electoral en la Comunidad de Madrid. El líder de Podemos tenía la mirada puesta en mediados del mes de abril, hasta el día 14 para ser exactos, para hacer coincidir su salida del Gabinete con el 90 aniversario de la II República. Tal idea, tan cargada de simbolismo, en ningún caso será ya posible, informa Pablo Rodríguez en cope.es.
En el plan de Iglesias se ha cruzado la ley electoral de la Comunidad de Madrid que establece en su artículo 3.2 como “inelegibles” al “Presidente, los miembros del Gobierno de la Nación y sus Secretarios de Estado”, más allá del plazo de presentación de candidaturas que abarca desde este día 26 hasta el 31 de marzo. Así las cosas, el cartel electoral morado sufre el imprevisto de verse obligado a adelantar su despedida a la próxima semana
Pablo Iglesias quería emular a Salvador Illa. Esto es, como ya hizo el ex ministro de Sanidad de cara a los comicios catalanes del 14 de febrero, apurar el cargo institucional como escaparate antes de desembarcar en la carrera a las urnas. Con ese objetivo, días atrás, sacó brillo a su pérdida agenda oficial y lanzó, haciéndose rodear de los agentes sociales, un plan de choque en Dependencia. Era sólo un paso de unos cuantos más por venir aún. En la mente del candidato de Podemos estaba llegar a la contienda pudiendo sacar brillo a la medalla de la gestión, a la postre una baza para diferenciarse de su competidor directo, Más Madrid.
Para Iglesias se antoja una cuestión personal demostrarse capaz de ganar a Iñigo Errejón. “Lanzar una OPA”, según aseveran los morados, sobre el antiguo camarada, es uno de los objetivos principales de su candidatura para la Comunidad de Madrid. De ninguna manera podrá ya Pablo Iglesias sumar a sus “logros”, tal y como pretendía, la nueva ley de vivienda. El tira y afloja en el seno de la coalición persiste y todo apunta a que su consecución va para largo. Desde luego, a todas luces, más allá del 4 de mayo.
Con la ley electoral en la mano, el vicepresidente saliente podrá mantener su escaño en el Congreso de los Diputados. Ese extremo no forma parte del capítulo de incompatibilidades para ir en una lista. En La Moncloa sostienen que, a sus ojos, nada cambia. Seguirán trabajando con Iglesias fuera del Ejecutivo, ya sólo como líder de Podemos. Sin embargo, un adelanto de su marcha es recibida con regocijo. A Pedro Sánchez le conviene que un rival de Ángel Gabilondo de la talla de Pablo Iglesias pierda el foco que le confiere pertenecer al Gobierno.