jueves. 21.11.2024
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“Hay muchas mujeres que saben tocar el timple, pero siempre nos quedamos un poquito al margen”

“A veces me he visto un poco limitada para seguir en ese camino a nivel musical, ahora es una oportunidad de volver”

La timplista Rosy Lorenzo ha contado en una entrevista en ‘La Mañana’ de COPE Fuerteventura que este domingo dará su primer concierto en solitario como timplista “en representación del género femenino y de todas las mujeres timplistas”. Rosy Lorenzo comenzó a tocar el timple a los cuatro años, aunque ya a los tres tocaba “uno sin cuerdas”. A los doce, aparcó el timple durante diez años y tras su estancia en Madrid regresó a la isla y comenzó a dar clases con Domingo ‘El Colorao’. Ahora, según cuenta, han tocado a su “puerta” y es una sensación que le da “muchísimo vértigo” pero con “muchas ganas”.

- El otro día presentabas junto al presidente del Cabildo de Fuerteventura, Sergio Lloret, el consejero de Cultura Rayco de León y, junto a los dos timplistas de referencia también de la isla, Althay Paez y Domingo Rodríguez ‘El Colorao’ y usted, en representación de las mujeres, la agenda ‘Mayo 100% Canarias’, en concreto este fin de semana que va a estar cargado de folclore y de timple.

En representación del género femenino de todo el folclore canario y también en representación de todas esas mujeres timplistas que no son muy conocidas. Hay muchas mujeres que saben tocar el timple, pero siempre nos quedamos un poquito al margen de todo esto. Es verdad que esta vez el Cabildo me ha dado la oportunidad de realizar un concierto como lo vamos a hacer este domingo, y no podía decir que no.

- ¿Se trata de tu primer concierto como timplista en solitario?

Yo no soy profesional del timple. Soy una chica que lleva tocando el timple toda la vida, ‘parrandiando’, soy más de parranda que de otra cosa, y bueno en una anterior ocasión estuve como solista acompañada de Julia Rodríguez, Domingo Rodríguez ‘El Colorao’, y Ayoze al piano en la Escuela de Música cuando estaba estudiando timple clásico con Domingo. Sin ser en esa ocasión nunca he actuado como Rosy Lorenzo timplista, siempre he estado respaldada, siempre me he intentado ocultar un poco, respaldarme de más gente. Actualmente pertenezco al grupo Sal de Espuma, estuve también un añito en la Agrupación folclórica de Tetir, y creo que disfruto más estar en grupo que ser yo el centro de atención. No me siento del todo a gusto.

- ¿Cómo empezaste a tocar el timple? Ya desde muy pequeñita, ¿no?

Sí, a los tres años yo cogía un timple de cuerda de mi casa, que ni siquiera tenía la parte de atrás y me ponía a imitar, que es lo que hacemos los niños de pequeños, imitar nuestros referentes, en este caso mi hermano fue un referente para mí, mi abuelo, mi padre mi tío, mi primo.

- ¿Una familia parrandera también?

Sí, mi abuelo era el parrandero universal de la familia. El era de los Alares, todos somos de los Alares, un pueblito que pertenece a Antigua, y mi abuelo Camilo Cabrera, estuvo siempre metido en el mundo del folclore, siempre perteneció a alguna agrupación folclórica, imagínate las parrandas que se formaban en casa… Entonces yo ya con cuatro años, acompañaba a hermano a sus clases de timple y yo siempre me quedaba ‘rascada’, mi madre cuenta que siempre me tenía que llevar un poco a la fuerza de la escuela cuando dejábamos allí a mi hermano, llorando porque yo también quería ir a clases de timple. Esto fue en Gran Tarajal, que fue donde me crie hasta los doce años, y finalmente, el profesor Domingo González Ruano, accedió y pude entrar con cuatro años. Y estuve con el hasta los aproximadamente ocho años. Luego estuve con Guillermo Rodríguez Galván, que pertenece a la agrupación de Timbeque, y la verdad que para mí es un profesional y referente como persona y como músico. Luego me mudé a Puerto del Rosario con doce años, y es verdad que ahí en ese cambio de mi vida me perdí un poco y estuve diez años sin tocar el timple, y perdí muchos conocimientos a nivel musical.

- ¿Cómo volvió a caer el timple entre tus manos?

Resulta que me fui a estudiar a Madrid. Yo siempre había tenido a ‘El Colorao’ como lo máximo que se podía alcanzar, pero que era algo inalcanzable, y así me lo hacía ver mucha gente que me rodeaba, quizás porque no tenían la información suficiente y me decían que era muy difícil entrar con ‘El Colorao’, y yo que era una adolescente, y ya sabes como son los adolescentes que están en otro mundo, y tampoco indagué, y resultaba que el daba clases en el Cabildo, pero mucha gente me decía que era imposible dar clases con él porque necesitabas mucho nivel para poder entrar. El caso es que cuando me fui a estudiar, cuando me fui a Madrid, sentía tanta nostalgia, que me ponía a ver Tenderete en YouTube, unos lagrimones… nunca me adapté. Me faltaba el mar, me faltaba mi gente. No lo pasé del todo bien, pero bueno, a nivel personal fue una vivencia muy positiva. Y cuando estaba allí, visualizando Fuerteventura desde otra perspectiva, desde algo más lejano, pensé teniendo a ‘El Colorao’ tan cerquita como estaba antes como perdí esa oportunidad, me puse a indagar y me di cuenta de que no era tan difícil entrar a la escuela. Y yo algo sabía, hacer arpegios, puntear, rasguear… y me decían que tampoco era suficiente para entrar a la escuela. El caso es que cuando regresé a la isla, fui a la Escuela de Música, cuando todavía estaba en frente del muelle, y me pasé por allí, a ver si me podía apuntar, pero se había pasado el plazo de inscripción. Y yo escuchaba de fondo un punteo. Entonces le pregunté a la chica si estaba ‘El Colorao’ en la escuela, que yo no lo conocía de nada, y le toqué a la puerta, y le dije: “mi nombre es María del Rosario Lorenzo, y me quiero apuntar a clases de timple contigo sí o sí”, el mientras estaba sentado en la silla con el timple en las manos y me miraba como ¿tú quién eres? Le pedí que me permitiera apuntarme, aunque se hubiera pasado el plazo de inscripción, que sino yo traía una silla de mi casa y me sentaba en el pasillo a escuchar e ir cogiendo lo poco que pudiera. Entonces me hizo pasar me dio su timple y me preguntó que sabía tocar, no sé si fue una folía o nube de hielo…

Qué tensión…

Sí, imagínate. Yo llevaba mucho sin tocar. En los diez años que dejé el timple pues sí lo cogía para parrandas en la familia o acompañar a la guitarra, pero tocar a nivel personal y seguir formándome, lo dejé aparcado, y pues empecé mi aventura como alumna de ‘El Colorao’ y todos los días iba a clase como si fuera un sueño. ¿Sabes lo que sueña gente de otras islas con poder ir a sus clases? Y yo lo tenía tan cerquita. Encima una persona humilde, cercano, siendo de los mejores timplista, para mí el mejor, a nivel mundial. Entonces para mi fue un honor y, además, después me acompaño para un homenaje que le hicimos a mis padres en los Alares que fue muy bonito y siempre le estaré agradecida. Y después de eso, a la par que recibía clases de él también estaba en la Agrupación Folclórica de Tetir, dónde estuve un añito, una experiencia super bonita. Y bueno, después los estudios, el trabajo, pues a veces me he visto un poco limitada para seguir en ese camino a nivel musical. Ahora es una oportunidad de volver. Ahora que ha cambiado mi vida por completo, de tener un trabajo fijo a dejarlo todo por encontrar lo que me apasiona, que estoy descubriendo que tiene que ver con el ámbito educativo, y en esa búsqueda me ha venido esto. Me han tocado la puerta a mí y me da muchísimo vértigo, como todos tengo mis carencias y mis miedos, pero me lo tomo como un reto personal el tocar como Rosy la timplista, y estoy intentando verlo como algo muy positivo y trabajarme esa inseguridad. Cada uno tiene lo suyo.

- ¿Proyectos personales a partir de ahora?

Bueno pues estoy en la agrupación Sal de Espuma, y seguimos trabajando, somos todo mujeres, quince mujeres, bueno, mujeronas, y la verdad es que con todo esto de la pandemia nos hemos visto muy limitada, igual más que los dúos o solistas. ¿Dónde metes quince personas? Seguimos teniendo muchos proyectos y seguimos con nuestro repertorio. La directora nos manda ‘cositas’ y cada una se prepara algo y luego en el estudio que tiene la directora grabamos cosas por individual. Es uno de los proyectos que sigue en curso. Y bueno, ahora mismo estoy fluyendo y lo que me venga, yo tengo un problema y es que no sé decir que no. Hay una parte de mi que tiene muchas ganas. Es como estar en la punta del Teide y asomarme para abajo y ¡qué vértigo!

- Bueno, habrá que disfrutar también de ese vértigo

Sí, ahí estoy igualmente. También contactó conmigo un centro de día en el que voy a tener el honor de participar, y vamos a compartir con los usuarios, que son poquitos, y hay una usuaria que toca el timple y otro que toca la guitarra, entonces mi función ahí quiero que sea el compartir conocimientos musicales, disfrutar de cara al día de Canarias, y, sobre todo, a esa chica que toca el timple darle el protagonismo y yo acompañarla y apoyarla. También quiero retomar un proyecto que empecé hace años, ‘Mutica’, que significa Mujer Timplista Canaria, creé  un grupo de Facebook para recopilar a todas esas mujeres para conocernos sobre todo, conocí a dos chicas de Gran Canaria, una de Lanzarote, pero bueno, se viró toda mi vida porque falleció mi padre, pero ahora tengo intención de retomarlo, así que hago un llamamiento a todas las mujeres timplistas, aunque no sean profesionales, aunque de todas formas creo que como profesional solo está Laura Martel, pero todas las apasionadas del timple y del folclore, de todo esto que es tan nuestro. En esta búsqueda conocí a Alba Chávez que también va a tocar en esta semana por el día de Canarias en Antigua. Fíjate que en esta ocasión si son más las mujeres que van a participar. Por ejemplo, Althay Paez tocó con dos de sus alumnas en Gran Tarajal, Raquel González y Gara Alemán. Además, estará también Julia Rodríguez, hija del ‘El Colorao’, el domingo 30 por la noche en el Palacio de Congresos, y yo en Betancuria, así que ahí vamos poco a poco.

“Tocar como Rosy la timplista me lo tomo como un reto personal”