¿Sobrevivieron los mahos a la conquista normando-castellana? Dando respuesta a esta pregunta, Museos de Fuerteventura, continúa promocionando la exposición titulada La búsqueda de las caras ancestrales, que permanecerá expuesta hasta el 16 de diciembre en la tercera planta del Museo Arqueológico, en Betancuria.
En el vídeo publicado en las redes de Museos de Fuerteventura, la respuesta es rotunda: "Y tanto que sí". Y lo relaciona con fenómenos similares, pues "al igual que en otras culturas insulares, como los taínos en las islas del Caribe, los aborígenes canarios, aquellos que sobrevivieron al conflicto bélico y a la esclavitud, pasaron a formar parte de la nueva sociedad que se crea una vez finalizada la conquista de la isla, en 1404".
Destacan desde la entidad, dependiente de la Consejería de Cultura y Patrimonio del Cabildo Insular, que los aborígenes majoreros, en su mayoría continuaron dedicándose "a labores relacionadas con la ganadería, al ser expertos en la explotación de estos recursos".
Sobre su pervivencia en la Fuerteventura de hoy, explican, "de ellos no sólo nos ha quedado la toponimia, la antroponimia, aspectos gastronómicos o ciertas tradiciones ganaderas, sino también la genética. El estudio realizado en 2019 por la doctora Rosa Fregel concluía que hasta el 33% de la ascendencia genética materna de la población actual de Fuerteventura, procede de los antiguos mahos".
La búsqueda de las caras ancestrales ha sido comisariada por Francesca Phillips, y ha recibido hasta ahora la visita de más de 10.000 personas, dando así a conocer la conexión existente entre los antiguos canarios y la sociedad de hoy.
Crónicas de Fuerteventura ya cubrió a principios de 2022 la apertura de la exposición, un proyecto de la artista visual Francesca Philips, en que se reconstruyen cincuenta rostros de aborígenes canarios y se enfrentan a otros tantos retratos de canarios y canarias del siglo XXI.
Explicó entonces el proyecto la historiadora del arte majorera María Castañeyra, quien tuvo un papel fundamental en el mismo al ser la autora de la reconstrucción de los rostros de los cincuenta aborígenes, a partir de cráneos fechados entre los siglos de los siglos VI y XV, un trabajo que ha realizado en los últimos años durante su estancia en la Universidad John Moore de Liverpool.
