-"Hay proyectos como por ejemplo la plaza de Tamaragua o el pueblo de la Capellanía que se me pasan por la cabeza. Le pusimos muchísimo cariño a esa plaza, pero parece que yo no la voy a poder sacar adelante. Espero que el nuevo grupo de gobierno sí lo haga"
Isaí Blanco, ex alcalde de La Oliva, revela en la entrevista concedida este viernes al programa 'A buena hora' de Crónicas Radio-COPE Lanzarote que unos tres meses antes de que el PP Majo y el PSOE ejecutaran el pasado 25 de mayo la moción de censura contra el entonces regidor, el líder del PSOE en Fuerteventura les propuso un pacto entre CC y PSOE que dejara fuera del Gobierno municipal al PP Majo. "No teníamos motivos y habíamos dado nuestra palabra, pero al final el partido de Pilar González nos traicionó", lamenta el que ha sido el alcalde de este municipio majorero más joven de la historia, que pretende seguir ayudando a los nacionalistas pero desde fuera. Anuncia que lo de reconstruir su vida personal y recuperar el tiempo perdido con su familia va en serio y, aunque acepta las reglas del juego, confiesa que tras vivirla por dentro, "en política no hay palabra ni valores, sino intereses".
-Ya ha pasado un tiempo, pero si le preguntamos cómo se encuentra justo tras la moción de censura, ¿qué nos habría dicho?
-De todas formas, como nos cogió justo después de la pandemia, tuvimos tiempo para asimilarlo. Hombre, rabia y coraje te da porque al final pensamos que hemos sido a los que el pueblo ha votado. Casi duplicamos en votos al segundo partido más votado y estábamos haciendo un trabajo bonito y que ya se estaba notando. Cogimos un ayuntamiento que estaba en la UVI pero que ahora, según la Federación de Municipios de Canarias, la FECAM, es uno de los municipios más preparados para afrontar esta crisis económica. La gente nos valora en la calle, lo que es difícil. Somos gente joven. Yo fui alcalde con 31 años y ahora mismo tengo 35. La gente ha visto un cambio. La Oliva ha sido siempre famosa en toda Canarias por indicios de posibles irregularidades y por polémicas políticas y la gente veía un cambio, o esa es la sensación que percibimos nosotros. Da rabia que tu propio socio de gobierno te traicione cuando las cosas funcionaban y había un buen equipo, pero bueno, hay que aceptarlo, no queda otra.La Ley es así, las reglas del juego son esas y hay que aceptarlo, aunque sea con rabia, pero no queda otra.
- ¿Y ahora mismo qué siente? ¿Tiene ganas de dejar la política o qué piensa?
-La verdad es que yo entré en política de forma casual. Nunca la había vivido de cerca. Jamás supe ni a qué partido votaban mis padres. Soy una persona ambiciosa a nivel empresarial, estudié mi carrera y estuve muchos años trabajando fuera. Cuando regresé de Pekín, en China, llegué en época de elecciones. Parece que Coalición Canaria quería hacer una renovación. Claudina Morales, la anterior alcaldesa, pensó en mí con su equipo. Parecía que yo daba con el perfil que estaban buscando: una persona joven, con idiomas, sin mochilas políticas y que tuviera experiencia profesional. Ese era mi perfil. Ahora que estoy fuera, me siento con ganas de seguir con mi día a día. Esto es un sacrificio grande y yo no pretendo perpetuarme en el poder ni aspiro a ser presidente del Gobierno de Canarias. Nunca tuve ambiciones políticas, sino que esto fue algo que la vida me puso por delante. Mientras lo pude hacer quise ser el mejor. Ahora estoy fuera y, aunque es verdad y soy consciente de que soy un referente para mi partido aquí en Fuerteventura, quiero seguir haciendo un buen trabajo desde fuera, pero también ahora mismo, solo un mes después de haber dejado la política, con tanto sacrificio para mi familia, mis amigos, mi empresa, el deporte, ahora estoy intentando reconstruir mi vida fuera de la política, pero sí que me gustaría seguir apoyando el partido y tratar de hacerlo lo mejor posible desde fuera.
- Lo que nos consta es que su partido cuenta con usted, ¿verdad?
-Bueno, sí, parece ser que sí, pero todos sabemos cómo es la política. Al final quedan tres años para las próximas elecciones y eso es mucho tiempo. Luego está también la cuestión de los números. La gente a lo mejor hoy te quiere, pero quizás mañana no o se acuerdan de otro más que de ti. Al final para poder estar gobernando un partido político también depende del cariño y de los votos del pueblo. Si se olvidan de uno o hay otra persona más popular, al final los partidos tienen que hacer este tipo de cambios. Yo quiero seguir apoyando a mi partido desde fuera pero en paralelo quiero reconstruir mi vida y mi familia. Tengo dos niños pequeños y siento que les he abandonado mucho tiempo por esta vida. Al final si quieres hacer bien las cosas en política, te tienes que sacrificar al cien por cien, estar por la mañana a primera hora, también al mediodía y con actos hasta última hora. Al final uno no se da cuenta pero va dejando de lado a la familia.
- De todos los proyectos que tenían en cartera, ¿cuál es el que más rabia le ha dado no poder culminar?
-Bueno, la verdad es que nosotros cogimos el Ayuntamiento en una época muy mala. Realmente ni tenía proyectos planificados ni redactados, ni contaba con personal ni con presupuestos. Le hemos dado un cambio brusco y el nuevo grupo de gobierno, con cruzarse los brazos este año y medio o dos años, tiene para hacer una buena legislatura porque ahora sí hay proyectos pendientes solo de fichas técnicas. Hay proyectos como por ejemplo la plaza de Tamaragua o el pueblo de la Capellanía que se me pasan por la cabeza. Le pusimos muchísimo cariño a esa plaza, pero parece que yo no la voy a poder sacar adelante. Espero que el nuevo grupo de gobierno sí lo haga. Tienen proyectos y muchos temas preparados y listos solo para licitar. La gente no va a relacionar esos proyectos conmigo, no los va a identificar porque mucha gente no sabe cómo funciona la Administración, pero bueno, por lo menos yo sabré que cumplí con mi objetivo. Hay proyectos como el que persigue hacer de La Oliva un referente turístico y deportivo. Ya teníamos el proyecto y nos iban a hacer una auditoría para saber con qué contamos y qué infraestructuras públicas hacen falta para ser referentes en ese ámbito, como Lanzarote; tenemos el ejemplo al lado. Otro proyecto que estaba en marcha era el del paseo por todo el litoral del pueblo de Corralejo y el Cotillo. Teníamos preparados proyectos bonitos, pero esperamos que el nuevo grupo de gobierno no tenga problemas para sacarlos de aquí a tres años.
- Es decir, que excusas no había para que le censuraran, ¿no?
-Excusas no había. Realmente era algo planificada. Mucha gente solo ve por la tele las puñaladas que sentimos nosotros hace un mes, pero cuando lo vives, te das cuenta de que la política es un mundo muy feo. Son intereses nada más. Cuando estás de alcalde, sientes el poder porque eres una persona importante, con influencia, y que incluso puede afectar sobre los empresarios. Con el grupo que me traicionó y que facilitó la censura, el partido de la hija de Domingo González, el Marqués de La Oliva, llevábamos ya dos legislaturas gobernando. Esta legislatura ella era nueva y jamás nos dio la sensación de que ella quisiera tener protagonismo. Siempre estaba en un segundo plano y nunca se relacionaba con el pueblo. Creo que solo ofreció una entrevista cuando se rubricó el pacto. Ahora nos damos cuenta de que entonces ella estaba trincada. Ahora la vemos muy feliz, muy contenta, en los medios de comunicación, en las redes sociales y en la calle todos los días. Ahora nos damos cuenta de que era un papel que estaba jugando, una estrategia para hacernos la moción de censura y que luego no hubiera quien la tocara. Hay que aceptar la política, pero a mí no me gusta esa parte de la política, de tantos intereses y puñaladas. A mí por ejemplo, tres o cuatro meses antes de que nos presentaran la moción de censura, el referente del PSOE en la Isla, su líder, nos propuso que pactáramos con el Partido Socialista y dejáramos fuera a esta gente que nos traicionó. Podía haberme perpetuado en el poder estos cuatro años, pero le dije que cómo iba a hacer algo así. No teníamos motivos y yo les di mi palabra públicamente. No podíamos hacer algo así, traicionar a nuestros compañeros cuando no había ningún motivo. Y mire, al final nos traicionaron las personas a las que quisimos proteger. Aquí no hay palabra ni valores, pero la gente a estas cosas no le presta demasiada atención y se olvida pronto. Nosotros quisimos ser honestos y hacer las cosas de la mejor manera posible. Nos vamos con la cabeza alta y creo que la gente ha valorado esto.
-Todavía hay mucha gente que valoramos el honor.
-Sí, pero da rabia que sea lo más habitual. Al final los políticos somos personas y somos un reflejo de la sociedad. Lo que vemos en política está también en cualquier empresa, en la calle o en cualquier grupo de amigos. Es una que veamos políticos de esta clase. Es demasiado habitual que te digan hoy una cosa y mañana otra, que digan mentiras o que hagan demagogia dura y pura para confundir un poco a la opinión pública. Ves muchas traiciones y uno no está acostumbrado a esto. Da rabia pero te das cuenta de que la política es así.