Bochornoso espectáculo de la Consejería de Educación

Mientras que la comunidad educativa está esperando la publicación del calendario escolar del curso 2020-2021, en la Consejería de Educación se detecta, aparte de parálisis, un ambiente de guerra intestina con dimisiones y ceses. Las circunstancias sanitarias que estamos atravesando exigen cordura y tomar decisiones firmes en beneficio de un bien público como es la enseñanza. Nos espera un curso escolar lleno de incertidumbre y es intolerable este tipo de espectáculos producidos por posibles rencillas y enfrentamientos políticos. La enseñanza no entiende de política.

Ya va siendo hora de que los dirigentes de la Administración educativa dejen aparte cualquier desavenencia y se pongan a trabajar sobre las inversiones que se necesitan en Educación para el próximo curso, que será muy complejo y es urgente, por tanto, acordar las condiciones sanitarias y de prevención para el regreso a las aulas.

Sería inadmisible que se pretendiera duplicar el trabajo del profesorado reduciendo ratios de alumnos por aula para mantener la distancia de seguridad, pero sin una dotación adecuada de recursos humanos.

Asimismo, dentro del contexto en el que nos encontramos, en los centros de enseñanza deberían existir equipos de Orientación completos con nuevos profesionales que surjan de los problemas que se dan en la actualidad., así como profesionales sanitarios. También debería llevarse a cabo una formación específica al profesorado sobre nuevas tecnologías y adaptaciones de puestos de trabajo a docentes considerados personas de riesgo.