El Arganero y el Palangre

En el Diccionario Histórico-Etimológico del Habla Canaria, del catedrático de Lengua Española de la Universidad de La Laguna, el majorero Marcial Morera, nos aparece el grafismo arganero, que, en términos marinero-pescador, se refiere a la parte del sedal donde se empatan los anzuelos y que va reforzada con hilo de acero o cobre trenzado, para impedir que  los grandes peces la partan con sus afilados dientes. Así, en el cancionero popular de Fuerteventura, se suele decir: “Si vas al mismo pesquero, / ten cuidado con Bernarda, / que tiene comer de mero, / tira como una sarda / y te rompe el arganero”. Asimismo, en términos marineros, también, se utiliza el palangre, que es otro arte de pesca compuesto de una boya de la que pende un sedal, con un anzuelo cebado y que se mantiene a cierta profundidad con la ayuda de un plomo. A veces, no resulta fácil distinguir una boya de palangre de una boya de amarre, que suele estar trincada, con una cadena, a un bloque de hormigón depositado en el fondo del mar…

Cualquier avezado marinero-pescador sabe perfectamente que, ambos utensilios de pesca, son muy resistentes y casi seguros en el arte de la pesca. Sin embargo, utilizando el símil político de resistencia y de aguante, las boyas se comportan como el actual Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que flotan, se balancean a merced del oleaje y no se hunden ante las fuertes marejadas. Desde la lontananza, ambas boyas, pueden confundirse con unos náufragos que se debaten contra las mareas, como sucede con este político a quien muchos analistas consideran un superviviente nato ante los temporales acaecidos…

Fue defenestrado por su partido (PSOE), arrojado del paraíso de los órganos del mismo y, al final, tuvo de dimitir de sus cargos públicos y orgánicos, pasando así a ser una especie de anacoreta del desierto de la política. Entonces, como Labordeta, cogió su mochila, cargada de ilusiones y proyectos renovadores, con el objetivo de lograr una nueva praxis de la izquierda y se recorrería todo ese desierto de norte a sur y de este a oeste de la Península, incluido el salto del mar, hacia ambos archipiélagos y del norte de África, para reflotar de nuevo; primero, en la Secretaria General del PSOE, donde arrasaría y, luego, en la Presidencia del Gobierno de España, ganando, por dos veces consecutivas, las elecciones generales y dejando a las derechas españolas sumidas en el más completo desasosiego, la sorpresa y la incertidumbre…

Ahora, de nuevo, otro temporal - a estribor, en este caso - le está zarandeando y, algunos, piensan que esta vez va a zozobrar; pero, sin embargo, aún desconocen que, el capitán del barco, Pedro Sánchez, es como una especie de boya, adornada con arganeros y palangres, que balanceándose merced a las olas, y, anclado, sin moverse del lugar, va pescando meros, bocinegros y besugos, manteniéndose frente al timón de un barco, llamado España, que va sorteando los temporales e intentando llevarlo a buen puerto y no proa al marisco, que es lo que todos los marineros, bien intencionados, fervorosamente desean …