Rebajar la tensión
En contra de las teorías de Zapatero -recuérdese la famosa conversación con Iñaki Gabilondo, que se coló en un micro-, me parece muy bien que se rebaje la tensión en España. Cada vez nos parecemos más a Venezuela, que es una república bananera por culpa del chavismo: no hablamos sino de política. Bueno, y del coronavirus. Por cierto, me parece muy bien que el hermano de Gabilondo, que fue fraile antes que cocinero, sea el defensor del pueblo. Creo que es una excelente persona, de lo mejorcito que tiene el PSOE. Y no me explico por qué invitan a Zapatero a dar una charla en el Parlamento de Canarias. Gustavo Matos y compañía podrían haber elegido a otro. Zapatero lo único que ha hecho desde que nació es meter la pata. Acuérdense cuando no se levantó al paso de la bandera norteamericana en un desfile en Madrid y que luego acompañó a Obama a la ópera, con las niñas ZP de trajes fúnebres. Zapatero nos metió en el abismo y éste de ahora no digamos. Ninguno tendría que venir aquí a enseñarnos nada, aunque ZP nos brinde la oportunidad de destacar la función de Maduro en el progreso de la humanidad. Pero ya digo que es bueno rebajar la tensión. Pablo Casado es tan tontorrón que cree que quienes cometieron la mamandurria en el PP fueron las paredes de Génova y no los que estaban dentro. Ahora se sabe que esa casa perteneció a la familia Marichalar, pero hace muchos años, casi en la noche de los tiempos. Es verdad que se trata de un solar sin suerte, porque antes albergó a un palacete precioso, que fue derribado. En fin, rebajen la tensión, lleguen a acuerdos los constitucionalistas y echen del Gobierno al iletrado Garzón, al Coletas poco español y al argentino chinchoso, que ya está bien de esperpentos en este país.
Publicado en Diario de Avisos