La nueva Asociación Campista de Fuerteventura reivindica que su lucha va “desde un iglú a una autocaravana”
La nueva Asociación Campista de Fuerteventura, ACF, ha iniciado una ronda de contactos con los responsables del área de los distintos ayuntamientos majoreros para demandar la regulación de las acampadas. El presidente de la entidad, Víctor Saavedra, en la primera entrevista concedida a un medio de comunicación este lunes en Cope Fuerteventura, hizo especial hincapié en que “no vamos a dejar a nadie atrás. Nuestra lucha es desde un iglú hasta una autocaravana”.
Tras puntualizar que la pernoctación está permitida en todos aquellos lugares en los que se posibilita el estacionamiento de vehículos - siempre y cuando no se extraigan elementos como toldos o se instalen mesas y sillas que excedan el perímetro-, Saavedra hizo hincapié en que el problema está en la habilitación de las zonas de acampada por parte de las corporaciones locales. Apuntó a que hasta ahora, tras haberse reunido con los responsables municipales de todos los municipios salvo de Pájara y Tuineje, la corporación que más pegas ha puesto ha sido el de La Oliva. “Tienen una visión mala nuestra, de que afeamos la costa, pero eso es porque la actividad no está regulada”, insistió.
En esta misma línea se pronunció el secretario de la entidad, Sergio García, convencido de que esta imagen viene de tiempos atrás cuando las acampadas se convertían en asentamientos, “en chabolismo”. En la actualidad, insistió, los campistas son muy respetuosos con el medio natural. Han incorporado placas solares a sus vehículos para minimizar el impacto medio ambiental y ya no usan generadores “que dañar el medio y molestar al resto de usuarios”. Es muy común también, apuntaron, “que, como pasamos muchas horas en la playa, recojamos los plásticos y suciedad que hay en el entorno”.
Los responsables de la ACF anunciaron la próxima edición de una guía de buenas prácticas para los miembros de la asociación al objeto de evitar acciones que perjudiquen al entorno y también concienciar a los socios sobre cuestiones “que pueden hacerse mejor de otra manera o que no sepan que están mal”.
Dinamización económica y bonus de socio
Para Saavedra y García, los ayuntamientos majoreros no son conscientes del verdadero impacto económico que puede suponer para un municipio o una localidad regular la actividad. En este sentido, pusieron como ejemplo Tarajalejo que cerró el acceso para los campistas “y los comerciantes aseguraron que el nivel de rentas había descendido muchísimo”. Por este motivo, y a fin de establecer sinergias entre los comercios locales y los campistas, la ACF trabaja en el establecimiento de acuerdos con empresas privadas y navieras dirigidos a ofrecer descuentos para los asociados que permitan, además, dinamizar la actividad comercial cercana a las zonas de acampada.
Para concluir, Saavedra y García, subrayaron que la ACF se pone a disposición de los ayuntamientos y también del Cabildo insular para “aportar nuestra visión y experiencia como usuarios” a la hora de elaborar el Plan Insular de Ordenación de Fuerteventura y las ordenanzas municipales correspondientes.