JOSÉ LUIS APARICIO, GERENTE DEL HOSPITAL DOCTOR JOSÉ MOLINA OROSA DE ARRECIFE

“Hay mascarillas de tela que no sirven; es como querer parar balas con una red”

“Es comprensible que todavía no se haya decidido la fecha de la vuelta al cole porque es una situación muy cambiante”

“Casi todos los focos y brotes localizados son grupos de gente que ha venido de la península”

“Los inmigrantes nunca fueron una amenaza para la salud pública”

“Veo a gente por la calle que no usa la mascarilla, que llevan la nariz por fuera o que se la quita para hablar por teléfono; es un poquito cachondeo”

“Solucionar la pandemia solo está en manos de la sociedad”

El gerente del Hospital Doctor José Molina Orosa, José Luis Aparicio, tiene claro que sólo si los ciudadanos respetamos las medidas preventivas como el uso de la mascarilla podremos acabar con el coronavirus. Eso sí, precisamente en el programa “A Buena Hora” de Crónicas Radio-Cadena Cope de este martes dejó claro que debemos usar mascarillas homologadas y no otras que sólo sirvan de postureo. Adelantó que ése es el tema que llevará ante la Consejería de Sanidad dada la afluencia de mascarillas de tela que son como redes intentando parar balas, algo que a su juicio debe ser estudiado de forma inmediata para informar a la población si, como sospecha, no están cumpliendo la función para la que se supone que están destinadas. Dejó claro que en ningún caso se puede culpar a la inmigración del aumento exponencial de casos que se han vivido en Lanzarote en esta segunda ola y que los principales brotes se han debido a los turistas peninsulares que han llegado contagiados. Explicó que están siendo prevenidos a la hora de dotar al Hospital de las camas necesarias para atender los posibles casos y matizó que si el sistema sanitario todavía no está en una situación de jaque mate, sí podría llegar a estarlo.

- ¿Qué ha ocurrido este mes de agosto para que hayamos pasado de hablar prácticamente de “Libre de Covid” a un aumento exponencial de casos?

- Ha pasado de todo. En resumen, los casos han ido cada vez a más. Este lunes ha habido menos casos pero pudo ser casualidad. De todos modos, esperamos que se mantenga. Esto ha provocado que tengamos que ir actuando en consecuencia. Es cierto que la mayor parte de casos son leves o asintomáticos y están siendo atendidos en domicilio. Tenemos 10 personas ingresadas pero se ha creado un problema enorme en el sistema porque hay que seguir los casos y rastrear.

- ¿Se puede hacer un rastreo real de todos los casos?

- Hemos tenido que aumentar el personal dedicado al rastreo. De hecho, teníamos tantos casos precisamente por el rastreo. Durante agosto llegamos a localizar en un solo día 69 casos positivos. Analizamos el por qué y vimos que la mayoría eran asintomáticos. Hace una semana o 10 días implantamos a los rastreadores, cuando vimos que el aumento era más rápido de lo previsto y tenemos a 31 personas. Si la cosa no falla, la semana que viene tendremos 5 más gracias a la ayuda de los militares.

- ¿Estamos en una situación grave?

- La situación es preocupante, no para las personas en sí, sino para el sistema sanitario. Tenemos Atención Primaria desbordada; tenemos a gente de Enfermería ubicada como rastreadores. Hemos tenido que cerrar programas de atención a pacientes crónicos y varias pruebas no urgentes… También hemos regulado el Hospital. Tenemos 10 casos ingresados aunque la planta admite hasta 32. En cuanto nos acercamos a 16 nos planteamos abrir otra planta COVID para poder tener separados a los pacientes positivos de los sospechosos. Ahora sí se puede hacer porque están separados en dos semiplantas pero en cuanto haya 17 no se podría mantener la separación física. Esto provoca que hayamos tenido que restringir el horario de visitas a los enfermos, que es algo que me duele. También hemos establecido que sea una persona por enfermo y a ser posible siempre la misma. Hay excepciones como pediatría porque los niños no pueden estar sin sus padres y también se flexibiliza al máximo esa indicación para las personas que están al final de su vida. Volviendo a los pacientes con covid, casi todos, menos el que está en la UVI, son casos leves pero para el sistema es un jaque; no un jaque mate pero si un jaque.

- Mucha gente dijo que había que empezar a abrir la economía y que hubiera movimiento de población. ¿Hasta qué punto es responsable la población de lo que está pasando?

- En la ola anterior la solución fue rápida y sencilla dicho entre comillas porque no fue sencillo hacer un confinamiento. La gente lo pasó fatal y hubo empresas que se hundieron. Fue una medida muy agresiva pero solucionó el problema. El papel de los sanitarios no es solucionar la epidemia porque no podemos; lo único que puede solucionarla es que la gente tenga poco contacto. Con las medidas actuales, la mascarilla obligatoria, el lavado de manos debería ir mejorando la situación; el problema es si no se hace. Los sanitarios estamos para aliviar a la gente que ya ha enfermado y evitar muertes evitables. Solucionar la pandemia solo está en manos de la sociedad, pero no de forma abstracta, sino como el conjunto de cada uno de nosotros. Tenemos que asumir nuestra responsabilidad individual y desde que uno, dos o tres dejen de usar la mascarilla y se conviertan en contagiadores empeora el asunto. Veo a gente por la calle que no usa la mascarilla, que llevan la nariz por fuera o que se la quita para hablar por teléfono; es un poquito cachondeo. Así es imposible.

- ¿Cree que es importante el trabajo de los medios de comunicación en este sentido?

- Totalmente porque debe darse información y hay que hacer campañas sobre el buen uso de la mascarilla para que la gente sepa que no es un capricho. Hay que seguir haciendo hincapié para que la gente la use porque la otra medida es confinar.

- Hay mascarillas ya de todo tipo. ¿Todas sirven?

- Ese es un tema que quería llevar yo a la Consejería porque pienso que las de tela que sirven; es como querer parar una bala con una red de pesca. Es imposible. La gente dice que están homologadas y yo no sé qué homologación es esa y por eso me gustaría saber quién da esa homologación. Si son mascarillas que no sirven hay que avisar a la población porque estamos haciendo el tonto. Tienen esa primicia; que es el tema que quería llevar yo a la Consejería. Mi sospecha es que no sirven y quiero alguien que lo haya estudiado científicamente que aporte luz en este tema.

- ¿Hasta qué punto la llegada de turistas e inmigrantes tiene parte de culpa de lo que ha pasado?

- Tuvimos mucho tiempo con cero casos mientras la isla estuvo confinada. Los inmigrantes nunca fueron una amenaza para la salud pública. Paradójicamente la población más sencilla de controlar porque los recoge Cruz Roja en el muelle o en la playa y los llevan a los lugares acondicionados para ellos. Allí son atendidos; se les hace la PCR y se aísla a los positivos. La cuarentena es mucho más rigurosa que para cualquier otra persona. La inmigración solo ha provocado pequeños puntitos en la incidencia diaria.  El aumento de casos vino cuando se abrió el aeropuerto al turismo; sobre todo el turismo nacional que es el que más problemas ha dado. Casi todos los focos y brotes localizados son grupos de gente que ha venido de la península. Ojalá toda la población fuera tan sencilla de controlar como los inmigrantes que llegan.

- ¿Qué piensa usted de la vuelta al colegio y a los institutos?

- Es un reto. La situación generada por el  Covid se caracteriza porque es muy dinámica; cambia de un día para otro y eso supone ir enfrentándose continuamente a retos. El primer reto importante fue abrir el aeropuerto y el próximo será abrir los colegios. No queda más remedio que abrir los colegios porque los niños no pueden estar sin escolarizar. Ahora cuándo y cómo es el quid de la cuestión. No sé qué mecanismos tienen dispuestos para garantizar la seguridad. Es comprensible que todavía no se haya decidido la fecha de la vuelta al cole porque es una situación muy cambiante.