"Necesitamos más alojamiento y transporte para los niños de Ucrania"
Natalya Karpukhina es la persona que, junto a otros compatriotas ucranianos y españoles residentes en la isla, desde que comenzó la guerra, ha conseguido traer a Fuerteventura hasta ahora a 35 niños y niñas de un orfanato de este país. Solicitan ayuda a nivel de transporte y alojamiento para continuar su labor. Agradecen la solidaridad de la sociedad majorera y el apoyo del Ayuntamiento de La Oliva
Casi un mes después de que comenzara el ataque ruso en Ucrania, ya son 35 niños y niñas de este país, desde los tres meses a los 18 años, los que se encuentran acogidos en Fuerteventura, gracias a la labor de Natalya Karpukhina, con la ayuda de otros vecinos ucranianos residentes en la isla. Los niños se encuentran acogidos en el Albergue de El Cohombrillo, cedido por el Ayuntamiento de La Oliva, institución que ha prestado apoyo en todo momento a la iniciativa.
En su primera entrevista desde que comenzaron con esta labor, Karpukhina señaló este miércoles en Cope Fuerteventura que, por el momento, no necesitan ropa ni comida, y que los niños refugiados ya han empezado a ir al colegio y el instituto. Pero sí piden colaboración a modo de alojamiento y apoyo con el transporte. "Estamos buscando un lugar en Puerto del Rosario para poder traer más niños. Y tenemos un problema con el transporte. Porque son muchos, y necesitamos más medios para poder salir fuera del albergue, de excursión, o para ir al médico", relata Karpukhina, haciendo un llamamiento a cualquier persona que quiera colaborar, cediendo temporalmente viviendas vacías o vehículos.
Sobre cómo comenzó todo, Natalya Karpukhina recuerda que "un martes nos llamó la alcaldesa de La Oliva, y el viernes ya teníamos el primer grupo en Fuerteventura. Fue muy rápido. El ayuntamiento nos ayudó a preparar los papeles, y nosotros organizamos la ruta. Fue muy complicado". Los primeros ocho niños salieron por la noche del orfanato en que residían junto a algunos acompañantes, "cruzaron la frontera, y estuvieron seis horas caminando. Después, cogieron un Transfer hasta Budapest (Hungría), y desde ahí el vuelo hacia Fuerteventura".
Pero primero tuvo que salir ella misma del país, porque "cuando comenzaron los ataques, yo estaban en Ucrania con mi hijo pequeño. Escuchamos las primeras bombas, y eso es algo que se te queda grabado. No me podía creer que estuviéramos en guerra. Fue horrible", recuerda esta vecina ucraniana. Consiguió salir rápido: "No había aviones, y me fui en coche. Tuve que conducir con los niños durante tres días", pero "mi marido, mis padres y más familiares, siguen en Ucrania".
Natalya Karpukhina ha podido organizarse para acoger a los niños y otros compatriotas, gracias a que lleva unos años establecida en Fuerteventura. Regenta una escuela de surf en el norte de la isla, con lo que explica, "tengo mucha experiencia con niños, porque organizamos campamentos".
Tiene palabras de agradecimiento para la sociedad majorera, que "nos ha ayudado muchísimo". En cuanto al grupo de personas que se ha organizado para acoger y atender a los niños, explica que "somos gente de Ucrania que vivimos aquí, y también españoles. Tenemos un grupo en el que escribimos cuando hace falta algo", y siempre aparece la ayuda. "Vienen a buscarnos en coche para poder salir de excursión, o a preparar los sandwiches. Son pequeñas cosas que nos ayudan muchísimo".
Para poder continuar con su labor, este colectivo está terminando los papeles para constituirse como asociación. El nombre que han elegido es Leleka, que significa cigüeña en ucraniano.
Entrevista completa en Cope Fuerteventura: https://fb.watch/bWA0gcz4PF/