El Cabildo presenta el Observatorio para monitorizar y reducir el impacto de la basura marina sobre la costa y los fondos marinos de las Islas
El Observatorio para el estudio de la basura marina de Fuerteventura inicia este jueves su andadura con el objetivo de convertirse en un referente científico en el ámbito de la Macaronesia en el estudio de los impactos y la monitorización de la basura marina sobre las costas, los fondos marinos y las aguas circundantes de las islas.
El proyecto forma parte de la estrategia de la Consejería de Medioambiente, Cambio Climático, Economía Circular e I+D+i del Cabildo Insular para la reducción de la basura marina, y cuenta con la colaboración de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través del Programa Pleamar, cofinanciado por el Fondo Europeo Marítimo y Pesquero (FEMP), informa la nota enviada a Crónicas.
La Consejera Marlene Figueroa ha señalado que este laboratorio nace con la vocación de convertirse en un centro de investigación “porque no basta con recoger la basura, hay que analizarla, monitorizarla, y obtener información sobre flujos para luchar con eficacia contra la contaminación en general y de forma muy particular contra la contaminación marina, que nos afecta de forma muy especial a las islas”
El Observatorio de la basura marina va a permitir aplicar el método científico técnico para analizar los tipos de basuras y residuos que llegan a las costas, desde una perspectiva micro y macro, generar conocimiento, concienciación y participación ciudadana sobre este grave problema y definir estrategias eficaces de lucha contra la contaminación.
Para ello la dirección del proyecto ha establecido canales de colaboración con especialistas de las Universidades canarias, asociaciones de voluntarios, las Cofradías de pescadores, asociaciones de pesca submarina, y colectivos de aficionados a los deportes marinos, así como gestores de residuos y expertos en reciclado, con el objetivo de crear un grupo estable de trabajo multidisciplinar que afronte el reto de la “desembasurización”.